lunes, 18 de abril de 2011

CÓMO ESCOGEMOS?


Un personaje bíblico muy conocido es el rey David. Este varón no fue escogido para ser rey por su apariencia, sus títulos o posesiones. Era un joven de baja estatura, el menor de su casa y si lo comparamos con sus hermanos, el encargado de las labores más humildes.  Era pastor de ovejas; pero siempre dispuesto para aquello a lo que lo asignara su padre terrenal. Y esta fué  también su conducta delante de Dios. Amaba lo que hacía y lo hacía bien!.
Caso contrario de Saúl, su antecesor. De muy alta estatura, fuerte, bien parecido y entrenado para labores importantes; pero que terminó cayendo delante de Dios, por su falta de  obediencia.
La instrucción dada por  Dios a Samuel para la elección del nuevo rey fue: “No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos; pero Jehová mira el corazón (1Samuel 16:7).
El método para elegir o aceptar  una persona hoy en cualquier ámbito, sigue siendo el empleado con Saúl.  Para escoger al empleado o inclusive a un amigo. El mundo de hoy vive de apariencias. Lo que digo ser o lo que digo tener; pero no por lo que hay en mi corazón.
Todo queremos llenarlo con:
Una casa, un carro, títulos, viajes, ropa, el club, el estilo de vida, los lugares que frecuento y otras cosas, que para nada dejan ver mi estado espiritual.
Todos estos, pueden cubrir de manera temporal mis metas y ambiciones.  Pueden mostrarme  como alguien laboral y socialmente aceptable a los ojos de los hombres; pero  no delante de Dios. Frente a Dios no valen estos pergaminos. Frente a Él estamos desnudos  y sin maquillaje.
La verdad es que con mucha frecuencia, estamos mostrando al exterior una mentira; pero cuando quedamos a solas, estamos sumidos en la depresión, el alcohol, la droga, el adulterio, la fornicación entre otras formas de pecado y por consiguiente alejados de Dios. 
Muy breve es el paso del hombre por la tierra, como para seguir pensando de esta manera, frente a una eternidad con Dios o con el diablo. ”Recuerda cuan breve es mi tiempo…………qué hombre vivirá y no verá la muerte?.......librará su vida del poder del Seol (infierno)? (Salmos 89:47-48).
La Biblia dice que mientras no se  dé un encuentro personal con Cristo, no habrá un  cambio  real en mi corazón, y seguiré siendo "sólo apariencia".
PREGUNTA: Mira usted el corazón o las apariencias?

MEDITELO Y DECIDA YA!
- REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 -