jueves, 25 de abril de 2024

DEO VOLENTE

Recuerdo con respeto aun cuando era niño y como parte de una familia de trasfondo  religioso, como se cantaban las misas, como entraba uno y como salía del templo. Digo con respeto, porque aun si no entendía uno, se nos enseñaba a serlo.

Era tal el respeto, silencio y devoción inculcado frente a lo que implicaba Dios, que así no entendiéramos lo que decían allá adelante, hasta los movimientos propios de niño se veía limitados.

No entendíamos lo que decían de manera literal, pero sí asimilábamos lo importante de la “reverencia” hacia Dios. Vale la pena aclarar y mucho, que el temor bíblico hacia Dios no es miedo, pánico, terror o algo similar.

Es simplemente dimensionar hacia quien nos dirigimos cuando le invocamos. Esto es algo que se ha perdido aún entre los creyentes; vemos muchachitos saltando, gritando o haciendo pataleta en el templo.

Los mayores no se quedan atrás, pues están compartiendo chisme que da miedo hasta el mismo comienzo del servicio “Pon, oh Jehová, temor en ellos; Conozcan las naciones que no son sino hombres” (Salmos 9:20). Y si esto pasa con los creyentes, con aquellos que se supone entienden quién es el Señor, qué diremos del incrédulo?.

Hacemos referencia al “Deo Volente”, “si Dios quiere”, no solo como parte de todo eso que no entendíamos, sino como de lo que no practicamos a pesar de saber su significado.

Recuerdo con alegría, como mi papá decía en cualquier tipo de plan futuro: “Si Dios me la presta”; esto haciendo por supuesto referencia, a esperar primero si el Señor nos prestaba para realizarlo.

Religioso y todo entendía que Dios es quien nos facilita los días, la vida, la salud, los recursos, la sabiduría y todo lo que el ser humano necesita en este peregrinaje temporal. No estuve al momento de su muerte, pero sé que si alguien le compartió de Cristo, Dios mediante le veré nuevamente.

Todo esto para decir y reflexionar, sobre el hecho de que a veces es más fácil “temer” a Dios por imposición, que por convicción.

REFLEXIÓN: No se excusa en la ignorancia, menos en el conocimiento!

REFLEXIONAR TRANSFORMA!

- BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –

¡COMPARTIR PALABRA HACE LA DIFERENCIA!