martes, 23 de abril de 2024

ALELUYA

Muchos años atrás y de niño, nuestro odontólogo nos compartía como familia sobre Cristo. Lo veíamos y esto era muy frecuentemente, pues no sólo era en su consultorio, sino que vivía a unas casas de la nuestra.

Cada vez que lo encontrábamos, nos compartía tratados, Nuevos Testamentos o discos de acetato en 33 revoluciones con música de alabanza. Él y su madre eran soldados comprometidos con la gran comisión.

De trasfondo religioso, veía como los evangélicos en ese tiempo eran llamados “los aleluyas”. Que lejos estaba de saber que casi treinta años más tarde, tendría el privilegio de ser uno de ellos: “un aleluya”.

También recuerdo que lo hacían de una manera bastante despectiva, eran tiempos en los que todavía se perseguía abiertamente a los que no practicaban la religión tradicional; hoy pasa, sólo que algunas leyes han atenuado esta persecución de alguna manera.

Que lejos estaba en aquellos días de saber lo que significa esta palabra. “Alelu” es una palabra de origen hebreo y habla de alabar, mientras que “ya” lo hace de la persona objeto de la misma: Yahveh, Jehová, Dios.

Así que esta es la palabra, que en medio de todo más resume lo que todos los hijos de Dios debemos hacer. Alabarle!. No tenemos que recurrir a rezos y palabrerías; pero si respaldar esto con nuestras vidas como principio de alabanza.

Es la palabra que en todos los idiomas habla de lo mismo; es interesante ver cómo predicadores y auditorios de todo mundo se ven unidos por ella. Muchos son los saludos que van y vienen entre ellos, pero en lo único que se entiende y se alegran es cuando dicen un “aleluya” o un “amén”.

Cuando miro hacia atrás, tantos años de escuchar del Señor, veo cuántos se quedan en el camino y qué pocos somos los nos hemos decidido por Cristo, sólo resta orar y hacer un esfuerzo más para que otros le conozcan “Después de esto oí una gran voz de gran multitud en el cielo, que decía: ¡Aleluya! Salvación y honra y gloria y poder son del Señor Dios nuestro” (Apocalipsis 19:1).

Hoy ese buen hombre, nuestro odontólogo y su madre están con el Señor y cuán grande es mi gratitud!

REFLEXIÓN: Aleluya es sólo el principio de alabanza, nuestra vida el resto!

 

REFLEXIONAR TRANSFORMA!

- BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –

¡COMPARTIR PALABRA HACE LA DIFERENCIA!