Cuando se piensa en las personas que están en el liderazgo de los ministerios hoy, pareciera que son personas tranquilas y que la llevan suave. Nada más lejos de la realidad, es una tarea que se debe asumir con responsabilidad y temor delante de Dios.
El asunto es bastante serio y lo complicado puede ser, cuando uno de ellos cuando sólo se limitan a dar pañitos de agua caliente. Cuando escucho el liviano mensaje de muchas congregaciones, nos vemos instados a que lo poco que escribimos por aquí, sea de verdadera edificación.
El mensaje del Evangelio a través de los tiempos, no ha dejado de ser el mismo que Jesús compartió. Inclusive es más poderoso en el tanto y cuanto la vida, muerte y resurrección de Jesús es un hecho histórico.
Cuando él apenas lo compartía en vida, tenía que recurrir a la profecía del Antiguo Testamento para mostrar su misión, pero hoy a más de dos mil años de su primera venida, todo esto es ya historia totalmente comprobable.
En este orden de ideas, la responsabilidad de compartir el mensaje, exhortar a la sanitad y otras de las importantes ideas del cristianismo es mayor. No podemos conformarnos a una simple invitación a llevar la vida con calma.
Es más, la responsabilidad no sólo se queda en el pastor o el evangelista, todos debemos estar en capacidad de compartir verdades, que si son estudiadas fluirán por si solas y con el respaldo del Espíritu Santo.
Pero sí es de reflexionar y enfatizar, la importancia de que sea un mensaje contundente y verás por parte de los encargados “Porque resueltamente se rebelaron contra mí la casa de Israel y la casa de Judá, dice Jehová. Negaron a Jehová, y dijeron: Él no es, y no vendrá mal sobre nosotros, ni veremos espada ni hambre; antes los profetas serán como viento, porque no hay en ellos palabra; así se hará a ellos” (Jeremías 5:11-13).
Hoy ya no hay profetas, pero sí pastores con la responsabilidad de mostrar no sólo las bondades de Dios, sino la ira del juez que vendrá a la hora del juicio, o dónde están?.
REFLEXIÓN: Profetas de ayer, pastores de hoy, pero con la misma responsabilidad!
REFLEXIONAR TRANSFORMA!
- BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –
¡COMPARTIR PALABRA HACE LA DIFERENCIA!