martes, 13 de febrero de 2024

QUIERE UN MILAGRO?

Mucho se ha hablado de los milagros  a lo largo de la historia, y aunque muchos son sólo fraudes, pensamos que no hay persona en este mundo, que aun sin ser consciente de estos, no haya sido testigo de al menos uno en su vida.

Hace unos días apenas, vimos uno de primera mano con mi familia. Les contaba que mi señora tuvo un accidente en la cocina con aceite caliente, y si yo no hubiera visto su pequeña mano roja y cubierta de aceite caliente no lo creería todavía.

Obviamente recurrimos a urgencias en una clínica, pero nuestra primera opción fue entregarle la situación a Dios. La verdad es que lo que se hizo en la clínica no fue mucho, le hicieron la valoración (triage), la medicaron para el dolor y ahí paró todo.

Luego de un par de horas de estar allá y esperando que la viera nuevamente el médico, observamos como su mano “milagrosamente” se veía casi normal. Con algo de molestia por supuesto, pero nada de lamentar. Al punto de que decidimos renunciar a continuar con la urgencia y nos retiramos bajo nuestra responsabilidad.

Subestimamos tanto la presencia y control de Dios en nuestras vidas, que buscamos primero ayuda en hombres. Dios no sólo sana, sino que da dirección, paz, sabiduría y otras ayudas que son definitivas en cualquier evento.

No negamos la importancia de la intervención de un profesional, al fin y al cabo son formados con el conocimiento dado por Dios, pero sí,  hacemos énfasis en la definitiva intervención del Señor.

Y si no lo convence este milagro, mire la vida de cualquier creyente genuino. Personas que han salido del alcohol, el tabaquismo, la droga, el sexo y de la misma muerte como es mi caso.

De cómo el Señor salva, transforma y restaura “Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne” (Ezequiel 36:26).

Su Palabra debería bastarnos, sin embargo Él se toma el trabajo de mostrar milagro tras milagro en nuestras vidas. Usted y yo somos milagros andantes, que luego de estar muertos en nuestros delitos y pecados, nos espera un futuro eterno con El.

REFLEXIÓN: Los milagros no son ajenos a nosotros y si no los ve, es porque todavía no conoce a Cristo!

REFLEXIONAR TRANSFORMA!

- BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –

¡COMPARTIR PALABRA HACE LA DIFERENCIA!