Como parte del estado de descomposición en que se encuentra el mundo, encontramos el liderazgo de las naciones; reyes, presidentes, religiosos, primeros ministros y de ahí para abajo, enredados en cuanto escándalo hay.
La mayoría por supuesto escondidos para la opinión pública, pero que tarde o temprano salen a la luz, y por más medidas que tomen para que todos esos archivos, investigaciones o procesos queden sellados por décadas, Dios lo sabe todo.
Es de esperarse que todos se protejan en vida y sólo se sepa la verdad después de que hayan muerto. No obstante los corruptos siguen proliferando y desde el más encumbrado económica y socialmente, hasta el hombre de la calle.
A lo que queremos apuntar, es que a veces da pena ajena pertenecer a una especie tan proclive a la maldad, al pecado. Malo, ya es una palabra común en el lenguaje de la gente, y la que muy poco se escucha es “bueno”.
Se ha perdido tanto la capacidad de asombro, que como reza la Biblia “No hay quien haga lo bueno, no hay ni aun uno” (Salmos 53:3). Ya es muy complicado encontrarse a alguien que por lo menos diga cosas correctas a simple vista.
Esta Palabra, es en medio de todo algo que produce esperanza; saber que el Señor tiene contemplada toda esta maldad nos hace ver bajo Su autoridad, y que Él en Su santidad y promesas nos ha de guardar.
Sólo resta esperar, sólo resta creer y sólo obedecer para ser parte activa de Su maravilloso plan. De ese plan restaurador y que nos habrá de sacar de toda esta repulsiva corrupción que nos avergüenza.
No nos pavoneamos de ser santos, somos sólo pecadores arrepentidos y aunque de acuerdo a la Biblia el creyente es nominalmente santo; a veces y en nuestra calidad de humanos, nos sentimos abrumados por el entorno.
Esa misma Biblia hace un vehemente llamado “Aborreced lo malo, seguid lo bueno” (Romanos 12:9). Como Iglesia sólo resta orar, compartir el mensaje de Cristo y esperar.
REFLEXIÓN: Asombra el bajo nivel de asombro frente a la maldad que tenemos hoy!
REFLEXIONAR TRANSFORMA!
- BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –
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