martes, 6 de febrero de 2024

PERDONAR

Mucho se habla sobre el perdón y apenas hoy una buena joven amiga y hermana en la fe, nos compartía sobre una situación que tiene con una de sus mejores amigas. Hace unos cuatro años tuvieron alguna diferencia que las separó; ella en su interés de recuperar a su amiga, le pidió perdón, se perdonaron; pero ya nada es lo mismo.

Inclusive su amiga le dijo que la perdonaba, pero que no quería más su amistad. Que esto pase entre incrédulos es normal, pero que se dé entre dos creyentes sí es de mirarse con detenimiento.

Indagamos sobre lo que pasa en la vida de la amiga y no se necesita mayor discernimiento para obtener respuestas: está de amores con un incrédulo. Es apenas natural que la oscuridad se haya colado en su vida.

La palabra perdón tiene muchas aristas, pero la más relevante tiene que ver con la restauración. Cuando así es el caso, el perdón no es perdón y sólo se seguirá ahondando en amargura por lo ocurrido.

El perdón no es algo optativo, es una condición entregada por el Señor a sus hijos. Cuando leemos el orden de la oración de Jesús a sus discípulos, nos encontramos con un “perdónanos, como nosotros perdonamos” y esto hace la diferencia.

Sin especular, nos encontramos con que Dios no va a perdonarnos, si nosotros no lo practicamos primero. Cómo esperar que alguien haga algo por nosotros, si no estamos dispuestos a hacerlo primero?.

Se sale de cualquier práctica medianamente lógica, es claro que somos imperfectos, pertenecemos a una naturaleza caída; pero somos totalmente susceptibles de cambios. Cambios para bien y en el orden de Dios.

“Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores” (Mateo 6:12). Será que hay lugar a dudas para un hijo de Dios?. No, es simplemente que en el escenario, se ve la rebeldía propia de alguien que aún no conoce a Cristo.

Que Dios nos ayude a creerle, y por encima de todo a “obedecerle” si es que pretendemos ser parte de Su familia. A ser coherentes entre lo que pensamos, creemos, hablamos y hacemos.

REFLEXIÓN: La coherencia es la condición del creyente genuino!

REFLEXIONAR TRANSFORMA!

- BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –

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