Todo en este mundo pasa y más cuando
hablamos de hombres; la reflexión de
hoy nos muestra como se pasa de la opulencia a la quiebra en un momento y ha
sido una noticia a través de la historia de la humanidad.
Hombres o estados que se han propuesto
formar fortunas o imperios que hoy no son más que un recuerdo. Todo esto por
supuesto ha dejado marca en el ir y venir de la tierra; pero hoy y luego de
unos años no es más que eso: historia.
Babilonia, Persia, Egipto, Roma,
China, Rusia y otros entre los que se encuentra Inglaterra que en su momento
llegó a controlar una cuarta parte del mundo conocido y hoy está al borde de la
quiebra.
Esto mismo ha de ocurrir con los
actuales y lo vemos de primera mano en el país del norte, que tambalea con su
economía basada en los hidrocarburos. Obviamente cuentan otros factores como el
deterioro social o moral que impera y crece cada vez más.
Todo esto pasa, pero lo que no va a
pasar es lo que Dios ha dicho “El cielo y la tierra
pasarán, pero mis palabras no pasarán” (Mateo 24:35). Todo ese entramado de luchas por
el poder en el que se entretiene el hombre un día terminará.
Lo interesante de esto es lo que queda
luego; el hombre en la tierra es tan finito como Dios lo determine aunque tenga
una eternidad por delante. De ahí la importancia de definir esa eternidad.
Si usted es llamado a cuentas hoy a
dónde cree que habrá de pasar la eternidad? Tiene alguna certeza en este
sentido o simplemente va por la vida como los demás. Sería bueno detenerse
y pensar un poco más allá del día de hoy que puede ser el último aquí.
El normal de la gente simplemente va,
pero no piensa en lo que puede ser el minuto siguiente. Semanas atrás estuve
visitando un amigo en Centro América y con pesar encontré que su asistente en
la empresa, una niña joven, profesional, recién casada y con muchos sueños
quedó totalmente inválida en unos minutos.
Por supuesto tan pronto pude fui a visitarla
y luego de conocerla como alguien lleno de vida y diligente en lo que hacía, la
encontré con movimiento en sus ojos y nada más. Triste estar hoy esclava de su
propio cuerpo, rodeada de su familia; pero sin esperanza.
La verdad es que hoy y ahora estamos;
pero quien sabe qué será del próximo minuto. Así como le pasó a esta niña le
ocurre a la tierra entera; hoy está, mañana quien sabe, y usted? El asunto no
es de subestimarse, es de pensar en que quiere usted para la eternidad que se
viene en cualquier momento.
REFLEXIÓN: Hoy escasamente sabemos lo
que somos; pero mañana no!
REFLEXIONAR SALVA!
- BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –
¡COMPARTIR PALABRA HACE
LA DIFRENCIA!
Síganos
en Twitter:
@ReflexionBi