miércoles, 22 de mayo de 2019

FORTALECIDA


Los que tenemos algunos años encima y prácticamente somos de otra época, disfrutamos de la expectativa que implicaba esperar una carta. Siendo jovencito me enviaron de intercambio para aprender la lengua anglosajona, llegó el día del viaje con una escala y posteriormente a un aeropuerto nuevo para mi con otro buen tramo en carro.
Tanto mis padres como yo estábamos literalmente incomunicados; sólo restaba esperar para de alguna manera se lograra una llamada de larga distancia, poder avisar que había llegado bien y en lo sucesivo carta iba y carta venia.
No eran los tiempos de hoy que con solo un click llega el correo a su destino. Podríamos decir que esa espera implicaba fe de parte de todos. Esperar que alguien llegara bien a su destino en largo viaje y si no, para esto aplicaba el refrán que dice: “Las malas noticias son las que llegan primero”.
Suena duro, pero los creyentes de esos tiempos tenían en quien confiar más y debe ser nuestro caso hoy; pero los incrédulos?. Lo que sí es claro que los creyentes de esos tiempos tenían mucho más oportunidad de ejercitar su fe y no como ocurre en estos tiempos del YA.
Tal vez y con todo respeto es por esto que hoy vemos tanto creyente debilucho en algo tan vital para el cristiano: esperar en Dios. Si la fe era ejercitada de esta manera apenas cincuenta años atrás, qué podremos decir de los tiempos de Moisés?. Hombres de Dios que crecían frente a cada prueba y no tenían más opción que esperar la Gloria de Dios.
Es de admirar la fe de ese varón y para nada censurables sus lapsos de agotamiento. Nada de televisión, internet o celulares; su virtud era depositar su confianza, no en una llamada o un correo electrónico, sino en la voluntad perfecta de Dios.
Que bueno aplicaría un periodo por lo menos de seis meses de esas condiciones y poder salir fortalecidos. Los jóvenes dimensionarían de la manera adecuada su relación con Dios y los adultos que llegan a Cristo fortalecerían esa parte de la Palabra en la que Dios nos invita a sólo esperar.
Que Dios nos ayude a encontrarnos de manera genuina con principios tan básicos e importantes como la fe, el esperar en Él y en consecuencia mostrar los resultados de creerle al Dios todo poderoso ¿Mas quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras es muerta?” (Santiago 2:20).

REFLEXIÓN: Que la fe crezca con el tiempo en vez de debilitarse!
REFLEXIONAR SALVA!
- BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –
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