En todas y cada una de las actividades
del ser humano se está expuesto y lo único que sabemos en cada mañana, es que
salimos de casa; pero no si regresamos. El asunto es muy sencillo y de ahí
nuestro afán por que más y más conozcan del señor Jesús y sean salvos.
Son miles los que mueren sin Él; el
censo de la CIA del año 2013 dice que son unas 154.000 personas las que dejan
de respirar diariamente y el porcentaje de creyentes es muy bajo.
El tema que nos ocupa hoy, es en qué o
en quién tiene puesta su confianza para ese continuado riesgo del día a día?.
El incrédulo y fui uno de ellos, simplemente va, y sólo se ve enfrentado a esta
situación cuando asiste a un velorio ajeno o al propio.
Confrontado y momentáneamente, pues al
día siguiente ya está como si nada hubiera pasado. Pero hablemos del creyente
promedio y preguntemos que tan fuerte es su confianza en ese Dios en el que se
supone que ha creído?.
Pensaríamos que solo cree, por que le
aseguro que ese creyente promedio se sube en un avión y confía más en los
pilotos que van en la cabina, que en el Creador del universo incluido el avión
y su tripulación.
Diríamos que no tiene más opciones una
vez que está sentado, con su cinturón y la puerta cerrada a treinta mil
pies de altura qué puede hacer?. Sólo le resta esperar un buen
aterrizaje en su destino o el golpe.
Por la Gracia de Dios y no me mal entienda, he
jugado con aviones comerciales por más de treinta años; en diversas
actividades, línea, aero taxi, ambulancia, cargueros y puedo decir que no hay
experiencia más especial en la carne, que “estar” en los controles de una
aeronave que Dios controla valga la redundancia.
Ver apenas parte de la infinita
creación de Dios y sentirme como un punto en el horizonte, es suficiente como
para saber en quien debo poner mi fe. No en mis limitados conocimientos y
habilidades; sino en aquel que lo controla TODO.
En quién confiará usted en su próximo
vuelo, en la tripulación o en creador de esta; dónde estará su fe en adelante;
en lo visible o en el Invisible que lo ve y decide sobre usted? “Es, pues, la fe la certeza de lo que se
espera, la convicción de lo que no se ve.” (Hebreos
11:1).
Está usted dispuesto a dar ese paso
que implica no sólo creer en Dios, sino creerle a Dios?; tenga en cuenta que
esto no sólo aplica para volar, lo hace ir a la oficina, al estudio o al
mercado cada día.
REFLEXIÓN: El paso de creer a creerle es tan largo como
su fe lo mande!
REFLEXIONAR SALVA!
- BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –
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