Cada vez que se regalan flores, se
genera una emoción especial aunque efímera como las mismas flores. La verdad no
he sido hombre de regalar flores, tal vez sí de una sola y significativa flor. Esto
me ha costado algunos comentarios de mi esposa; pero debo decir con respeto,
que ni en vida ni en muerte son para mí.
Hay muchas, todas dentro de sus particularidades
hermosas y nada más especial, que ver como Dios las ha puesto en la naturaleza.
Tal vez para mi pierden su encanto por que muchas de las que se consiguen en el
comercio son producto de un cultivo y no del que la creó.
Las rosas tienen algo especial, pero
no más que cualquier florecilla silvestre que crece en la adversidad del clima.
A pesar de la textura de sus pétalos, también tiene las espinas y en esto se
basa la reflexión de hoy.
No dudo que si usted es admirador de
las rosas, le ha dado gracias a Dios por crearas; su color, la suavidad de sus
pétalos o la armonía entre ellos; pero alguna vez lo hizo por sus espinas?.
Cuando todas las cosas fluyen en la
vida estamos en modo flor; pero cuando sentimos la formación a través de las
pruebas lo hacemos en modo espina. Cuántas veces usted le ha dado gracias por
esto al Señor; es usted persona de gratitud solo en modo flor?.
Por estos días he sentido un dolor
intenso y persistente en la pierna izquierda; va desde la pelvis hasta el
tobillo. Soy y gracias a Dios persona de caminar y caminar; prefiero caminar o
montar en bici a cualquier otro medio de locomoción; me gozo en el privilegio
de hacerlo mientras Dios me preste las piernas.
En el día tolero el dolor y hasta lo
olvido por la actividad; pero en la noche y buscando el sueño me hace recordar
que ahí está. Lo interesante de todo esto es haberme encontrado sin pedirle a
Dios por sanidad; sino que he podido darle gracias a Dios por permitirlo.
Tengo la seguridad de que lo ha
permitido por algo, por formación o por disciplina y en cualquiera de los dos
casos: “Gracias”. Si es por la primera, sin duda está buscando alguien mejor de
mí y si es por la segunda, es aquí donde siento más Su amor que en la sanidad misma
“Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi
poder se perfecciona en
la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre
mí el poder de Cristo” (2
Corintios 12:19).
Me considero el peor de los hijitos
del Señor, esa ovejita negra que necesita ser tratada y en la que Él ha tenido
que emplear sus horas extras. Que pena reconocerlo; pero es ahí donde veo el
amor de mi Señor.
El modo flor es lindo, cómodo y nos
estimula; pero el modo espina es aquel en el que Dios muestra el verdadero
amor!
REFLEXIÓN: Que la hermosura de la
flor, no nos prive de la espina de la formación!
REFLEXIONAR SALVA!
- BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –
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