Los hombres han pretendido ocultar sus
hechos y es así como frente a la muerte de alguien, siempre el difunto era
alguien excepcional. Hay un dicho que reza que no hay muerto malo ni novia fea,
y dentro de esta escala de valores se ha movido todo siempre.
No hay héroe nacional pecador y tal
vez del único muerto del que se ha pretendido hablar mal, ha sido del señor
Jesús. Los religiosos fariseos de su tiempo pretendieron desacreditar sus
hechos y lo vemos en varios apartes de la Biblia.
Dijeron que sus discípulos robaron su
cadáver para simular la resurrección, que había sido un farsante, que hacía
milagros por Satanás y otras cosas; pero lo que resulta increíble, es que
muchos hoy así lo creen todavía y prefieren ver a cualquier mortal como todo un
santo.
Adúlteros, homosexuales, idólatras,
mentirosos, borrachos y otros, que Dios
buscó durante sus vidas; a los que nunca rechazó, sino a su condición de
pecado; pero que eran buenos a los ojos de sus cogeneres igualmente pecadores.
Cuántas veces se ha encontrado usted
con familia nueva a la muerte de un pariente?. No obstante “que buen hombre era”,
cuando era un adultero y esto se convierte más bien en una barrera de auto protección
para el pecado del que lo afirma.
La Biblia dice que nada está oculto a los
ojos de Dios, que Él examina cada corazón y tiene así la posibilidad de que
nada se pase por alto “Examíname,
oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos; y ve si hay
en mí camino de perversidad, y guíame en el camino eterno“. (Salmos139:23,24).
Así como en la tierra ocultamos el pecado propio y ajeno, Jesús mismo en otro
estrado lo ventilará todo.
Que Dios no tenga que descubrir mi
pecado allá cuando me llame y como sé que todavía habré de pecar, la sangre de
Cristo me cubra con su Gracia.
REFLEXIÓN: En la muerte se empieza a descubrir
lo que el hombre ha encubierto en su vida!
REFLEXIÓN QUE CAMBIA!
-
BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –
Síganos en Twitter: @ReflexionBi