La vida del ser humano está enmarcada por
una constante necesidad de comunicación. Ya sea con el amigo, los padres, el
jefe, la esposa, los compañeros, los hijos o hasta los mismos enemigos.
El ser humano no fue creado para estar
solo y precisa de comunicarse en una sana conducta de vida. Aquel que se
sustrae de esto es considerado anormal, no solo por la sociedad, sino de manera
especial por Dios.
En el escenario de la creación todo
iba muy bien, hasta cuando el Señor se encontró con que el hombre estaba solo.
Aunque ella tambien estaba prevista por Dios, todo tenía su par del sexo opuesto y el único que estaba sin el suyo era el
hombre.
Un hombre llamado a gobernar sobre el
resto de la creación, pero que no podía interactuar con un animal. Cómo ir más
allá de una relación amo-animal; el tema era complejo, de ahí la creación de
una idónea y de su misma carne.
Alguien para comunicarse
permanentemente y al que es bueno escuchar. Dios busca comunicarse de manera
permanente con nosotros, es sólo que no nos interesa o lo ignoramos “Dios, habiendo hablado muchas veces y
de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos
postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo,
y por quien asimismo hizo el universo“(Hebreos 1:1,2).
Primero, que mala educación ignorar a
alguien y segundo que terrible hacerlo con aquel que nos creó. Dios desde la misma
creación ha mantenido este canal abierto, de manera insistente y por muchas
vías.
Lo hizo a través de apariciones,
visiones, sueños, profetas y la forma de hacerlo en este tiempo es a través de
la Biblia. Es allí donde podemos encontrar sus instrucciones y sus deseos más
profundos con respecto al ser humano. Lo que espera y lo que no quiere en su
creación; de ahí la importancia de leerla y permitir que nos hable.
Ignorar la Palabra de Dios hacia
nosotros es ofensivo; pero más grave será la respuesta del “ignorado” que tarde
o temprano vendrá!
REFLEXIÓN: Ignorar a Dios en su vida
no evitará su presencia!
REFLEXIÓN QUE CAMBIA!
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BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –
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