martes, 12 de enero de 2016

CREER



“Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron” (Juan 20:29)

En un contexto de comprobables a través de ciencias específicas, el hombre requiere pruebas y no acepta nada que no esté soportado por lo que ve, huele, palpa o siente. La palabra del hombre está tan desvirtuada hoy, que ya no se cree ni en sus rezos. 

Muy diferente a la práctica antigua, en que los negocios no precisaban mas que de ésta y hoy deben hacerse a través de un documento escrito y de ser posible frente a notario.

Cuando se confronta al hombre con la palabra de Dios, en la mayoría de los casos desiste ante la imposibilidad aceptarla; pero lo que no sabe el mundo en su orgullo y sin Dios, es que no está capacitado para entenderlo todo.

El conocimiento que Dios ha permitido al hombre es limitado y más desde que cayó en Génesis, sin embargo éste se vanagloria de su limitante y asume una posición de prepotencia hacia el que sí lo sabe todo. En tiempo de ministerio Jesús dijo a los religiosos que no habría más señales y que todo lo que necesitaban saber estaba en las escrituras.

Es importante recalcar que si bien el hombre no está capacitado para entender las verdades insondables de Dios en su totalidad, si lo está para “creer” y es aquí donde está el meollo del asunto: La fe!

La fe en algo o en alguien no es producto de ver o tocar como lo expresa el verso de hoy. El Señor Jesucristo dijo “bienaventurados los que creen si haber visto” y a eso es que estamos llamados los seres humanos frente a Dios. 

Esta es una condición todavía vigente para el hombre de hoy y es definitivo hacer una separación entre lo que es propio del hombre y lo que es del dominio de Dios. Tal vez podamos comprobar una reacción química o física; pero no las verdades de Dios.

Que su escollo para ser salvo apreciado lector no sea la incredulidad, que no llegue al tribunal de Dios esperando pruebas por que allí las va tener todas; pero ya será demasiado tarde para estar con Él la eternidad. 

PREGUNTA: En qué cree usted apreciado lector?

REFLEXIONE Y DECIDA!
- REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –

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