jueves, 17 de diciembre de 2015

LAS LUCES DE LA OSCURIDAD



“Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.” (Juan 8:12)


Cada año y por ésta época nos encontramos con una celebración que se ha convertido en tradición y más que tradición en costumbre. Se trata de la navidad  y es un evento que para nada refleja su origen.


Pasa el tristemente célebre día de las  brujas o halloween del treinta y uno de octubre y la gente empieza a armar arbolitos, guirnaldas y una serie de decoraciones basadas en tradiciones foráneas y de las cuales ni conocen su origen.


Empiezan muy temprano si tenemos en cuenta la fecha de la navidad de la tradición que es el veinticinco de diciembre. Pareciera que todos quieren anticipar o prolongar el espíritu de estas festividades frente al tedioso y cotidiano diario en el que se ha convertido la vida moderna.


Lo que sí es sobresaliente en todos estos adornos, es la cantidad de luces que parece dar vida a hogares, vitrinas, casas, edificios y centros comerciales; pero hasta dónde estos accesorios eléctricos alumbran la vida de los que las prenden o las ven?.


No se puede negar la sensación de calor y alegría que se siente cuando se miran; pero repito la pregunta: Hay verdadera luz para aquellos que las observan?. 


Esto frente a la carencia de un conocimiento verdadero sobre el origen de la navidad. Si se hiciera una encuesta sobre el tema nos encontraríamos con que la mayoría de los entrevistados no saben la verdad.


Está tan desdibujado el tema que todo se centra en las luces como preámbulo de la comida, los presentes y las demás arandelas en las que se convirtió algo tan importante.


El verso de hoy nos dice que Jesucristo es la luz y es a  través de este principio tan básico, pero tan importante que se debería mirar la navidad. Cristo es la razón de la navidad, es el motivo de la celebración, es el principio sin fin de la historia; pero es al único que no incluimos.


No puede haber celebración o fiesta sin el protagonista de la misma y es ahí a donde queremos ir hoy querido lector. A invitarle a reflexionar sobre su lista de invitados para esta navidad.


PREGUNTA: Ya invito usted al Señor Jesús?


REFLEXIONE Y DECIDA!

- REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –


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