jueves, 13 de agosto de 2015

DE AFLICCIÓN A BENDICIÓN



“Me gozaré y alegraré en tu misericordia, Porque has visto mi aflicción; Has conocido mi alma en las angustias” (Salmos 37:1)

En muchas ocasiones hemos hablado de la forma como una aparente aflicción suele convertirse en bendición en las manos de Dios. Es interesante ver como un mismo Espíritu es el factor común en todo esto y sólo hace falta discernirlo (entenderlo).

No todas las cosas que provienen de Dios deben aparentar bendición inmediata, en muchas ocasiones sólo el tiempo mostrará su verdadero propósito y éste puede ser de unas implicaciones inimaginables para nosotros.

Bien sabido es que sólo a través del esfuerzo físico y espiritual nos formamos y que una vida simple y de comodidad nada bueno deja. Exigirnos siempre reporta algo permanente y no de carácter pasajero.

Dios no entrena gente para la comodidad, el Señor nos muestra un panorama esplendido en la eternidad; pero estaremos preparados para esto? Sólo cuando se ha experimentado la privación, nos encontramos con el verdadero placer de lo necesario y lo irrelevante de la abundancia.

Hace muchos años tuve el privilegio de disfrutar de privaciones y digo privilegio, pues fue así como Dios me enseño a valorar el “hoy” a Su lado. Si el Señor no hubiera intervenido de una manera tan drástica y magistral, hoy estaría muerto física y espiritualmente hablando. La circunstancia fue tan dura y el resultado de este proceso tan exitoso de parte de Dios, que cuando Él dispuso cambiar las circunstancias, ya no quería dejarlas.

Alguien que las conoció de primera mano no se explicaba el porqué yo estaba tan bien y es obviamente por que éste hombre no entendía ni entiende aún, que Dios estaba conmigo y que nada de lo que me ofrecía el mundo podía ser mejor que tener a Cristo en mi corazón.
  
Hoy y en retrospectiva siento que le fallo a Dios, pues tengo muchísimo más de lo que merezco o necesito y sin embargo no lo agradezco suficiente. Que recibo demasiado de parte de Él aún sin pedir y no cuantifico suficientemente esa diferencia entre la privación y la abundancia.

PREGUNTA: Ha tenido el privilegio de las privaciones?

REFLEXIONE Y DECIDA!
- REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –


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