“Me gozaré y alegraré en
tu misericordia, Porque has visto mi aflicción; Has conocido mi alma en las
angustias” (Salmos 37:1)
En muchas ocasiones hemos hablado de
la forma como una aparente aflicción suele convertirse en bendición en las
manos de Dios. Es interesante ver como un mismo Espíritu es el factor común en
todo esto y sólo hace falta discernirlo (entenderlo).
No todas las cosas que provienen de
Dios deben aparentar bendición inmediata, en muchas ocasiones sólo el tiempo
mostrará su verdadero propósito y éste puede ser de unas implicaciones
inimaginables para nosotros.
Bien sabido es que sólo a través del
esfuerzo físico y espiritual nos formamos y que una vida simple y de comodidad
nada bueno deja. Exigirnos siempre reporta algo permanente y no de carácter pasajero.
Dios no entrena gente para la
comodidad, el Señor nos muestra un panorama esplendido en la eternidad; pero
estaremos preparados para esto? Sólo cuando se ha experimentado la privación, nos
encontramos con el verdadero placer de lo necesario y lo irrelevante de la
abundancia.
Hace muchos años tuve el privilegio de
disfrutar de privaciones y digo privilegio, pues fue así como Dios me enseño a
valorar el “hoy” a Su lado. Si el Señor no hubiera intervenido de una manera
tan drástica y magistral, hoy estaría muerto física y espiritualmente hablando.
La circunstancia fue tan dura y el resultado de este proceso tan exitoso de
parte de Dios, que cuando Él dispuso cambiar las circunstancias, ya no quería
dejarlas.
Alguien que las conoció de primera
mano no se explicaba el porqué yo estaba tan bien y es obviamente por que éste
hombre no entendía ni entiende aún, que Dios estaba conmigo y que nada de lo
que me ofrecía el mundo podía ser mejor que tener a Cristo en mi corazón.
Hoy y en retrospectiva siento que le
fallo a Dios, pues tengo muchísimo más de lo que merezco o necesito y sin
embargo no lo agradezco suficiente. Que recibo demasiado de parte de Él aún sin
pedir y no cuantifico suficientemente esa diferencia entre la privación y la
abundancia.
PREGUNTA: Ha tenido el privilegio de
las privaciones?
REFLEXIONE Y DECIDA!
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REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –
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