martes, 25 de agosto de 2015

CUESTA DECIDIR



“Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo” (1 Juan 2:16)


En todas las decisiones de la vida se cosecha algo, todo tiene un resultado para bien o para mal. Si vamos en el carro y la decisión es volarse los “pares” algo va a pasar. Tal vez no ocurra nada un par de veces; pero tarde o temprano habremos de chocar.


Este ejemplo se ajusta a la vida normal del que no ha creído en su falta de esperanza; pero cuando hablamos de un creyente cuya vida debe estar basada en principios bíblicos, es más notable. 


Optar por seguir a Cristo y su plan de salvación suele costar el marginamiento de muchas cosas, de aquellos que un día se llamaron amigos en el mundo y si persistimos en hacer lo  que Dios manda, tarde o temprano hasta la familia nos lo cobrará.


La presión externa es muy fuerte, se debe estar bien cimentado para aguantar esos chaparrones. Nada mejor para esto que pararse firme en la roca: “Jesucristo” (Lucas 6:48) y más  cuando muchas veces provienen de la misma casa.


Tal vez si hubiera hecho esto a aquello todo sería diferente se cuestiona uno. Si hubiera optado por tal trabajo al otro lado del mundo mi presente sería mejor; no obstante el primer ministerio entregado por Dios al creyente es su hogar y nada ganamos con los bienes de la tierra si la familia está perdida.


Como lo muestra el Salmo 37, es difícil ver cómo el impío prospera y nosotros no, pero ahí aplica preguntarnos en quién hemos creído?. Yo sé en quien he depositado mi fe, en quien tengo cifrado mi proyecto de vida y le invito apreciado lector, a dejar que el mundo siga, pero que usted se mantenga mirando al Invisible (Hebreos 11:27).


PREGUNTA: Cuál fue su decisión?


REFLEXIONE Y DECIDA!

- REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –


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