martes, 7 de julio de 2015

EL PUEBLO DE DIOS



“Y estableceré mi pacto entre mí y ti, y tu descendencia después de ti en sus generaciones, por pacto perpetuo, para ser tu Dios, y el de tu descendencia después de ti.” (Génesis 17:7)

Haciendo un recorrido por la historia  y lo que enseña la Biblia sobre el pueblo de Dios, encontramos una serie de gentilicios con los que ha estado asociado.

Para comenzar vemos cómo Dios llama a un varón en especial, le manda que salga de Harán en tierra de Ur de los caldeos nación pagana, de la casa de su padre y vaya a una tierra que ya le mostrará.

Le cambia el nombre a Abram a Abraham y aunque de este no se derivó gentilicio alguno, a este hombre una vez que es apartado se le llama “Hebreo” por ser descendiente de Heber (Génesis 14:13; 10:21).

Es importante anotar, que toda esta rama genética apartada dentro de los que sucedieron a Noé y luego del diluvio, se le llama “semita” hasta hoy, en razón de pertenecer a la línea de Sem hijo de Noé (Génesis 5:32).

Hasta ahora tenemos dos gentilicios y encontramos como a un nieto de Abraham llamado Jacob, Dios también le cambia el nombre y le llama “Israel” (Génesis 5:32); y éste es el nombre que lleva hasta hoy la nación que desciende Abraham.

Pero hay otro que se destaca hasta el día de hoy y es el de “Judío”, que se remonta a los tiempos de la provincia de Judea (Mateo 3:5). Israel se dividió en tiempos del rey David en dos reinos, y uno de estos adoptó un gentilicio que proviene del nombre de uno de los doce hijos de Jacob: Judá (Génesis 29:35).

Como verán, son varias las formas de referirnos a éste pueblo especial dentro del plan de Dios. Estamos viviendo lo que se llama en la Biblia, “el tiempo de la Gracia de la Iglesia”; tiempo destinado a dar a conocer el plan de salvación a todos aquellos pueblos diferentes al judío en la conformación de la iglesia de Cristo; pero tan pronto termine éste periodo, Dios pondrá toda su atención nuevamente en el pueblo judío para que reconozcan al Mesías (Jesucristo).

Es fascinante profundizar en todos estos recovecos históricos y entender los propósitos de Dios para la humanidad; pero es lamentable el estado de desconocimiento de eventos  que marcarán el destino eterno de la misma (Proverbios 2).

Le animamos a escudriñar (investigar)!

PREGUNTA: Qué tanto conoce usted sobre los planes de Dios?

REFLEXIONE Y DECIDA!
- REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –

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