“Porque vuestra obediencia ha venido a ser
notoria a todos, así que me gozo de vosotros; pero quiero que seáis sabios para
el bien, e ingenuos para el mal. Y el Dios de paz aplastará en breve a Satanás
bajo vuestros pies. La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros“(Romanos 16:19,20)
Si recurrimos a los dichos o refranes
populares, la gran mayoría hace alarde de habilidades propias del hombre que no
conoce a Dios y Su palabra. Para ejemplo encontramos: “El mundo es de los
vivos”; El rico vive del bobo”; “Camarón que se duerme, se lo lleva la
corriente”, “A la suerte hay que ayudarla”; “En rio revuelto, ganancia de
pescadores” y muchos otros.
Realmente son muy pocos los que
exaltan las cualidades del hombre para el bien y por el contrario, estos
invitan a hacer uso de la astucia, viveza o sagacidad, que normalmente deriva
en algo malo. Ojalá el hombre hiciera uso de su “viveza” para hacer lo bueno.
Este es un mundo descrito por la
Biblia como perdido y cuyo motivador es el mal (Juan
14:30). En Juan 14 se habla del gobernante de este mundo y a lo largo de
varios pasajes se muestra a Satanás como el gestor de todo lo que ocurre.
Seguir las maquinaciones del enemigo
tiene un fin apenas obvio y por eso la Palabra en Romanos 16 nos invita a ser
sabios para el bien e ingenuos para el mal. No está lejos el día en que Dios
llame a cuentas a este personaje (Juan 12:31)
y por supuesto a sus seguidores.
Será que no hay suficiente evidencia
del mal en este mundo, como para buscar un cambio?. El mal pulula como el polen
en primavera y no hace falta siquiera buscarlo, pues lo encontramos en las
acciones más elementales de nuestra vida diaria, y no sólo hablo del prójimo, me
refiero a usted y a mi.
PREGUNTA: Va usted a esperar hasta
juicio para pensar en Dios?
REFLEXIONE Y DECIDA!
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REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –
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