“Por lo
demás, hermanos, os rogamos y exhortamos en el Señor Jesús, que de la manera
que aprendisteis de nosotros cómo os conviene conduciros y agradar a Dios, así
abundéis más y más” (1 Tesalonicenses 4:1)
Cuando una persona emprende un viaje, lo
ideal es terminarlo de
manera segura. Qué
pasaría si usted emprende un viaje de negocios por tierra entre
Ciudad de Panamá y San José en Costa
Rica; este viaje toma unas quince horas, pero pasan tres semanas y nada
que llega. Lo menos que pueden pensar los que lo esperan es que algo le pasó.
Esto mismo ocurre cuando en el
caminar con Cristo no se experimenta cambio alguno. Con tristeza se ven personas, que llamándose creyentes no tienen el mejor testimonio. No saludan ni en el templo o van a intercambiar chismes, hablar por
celular o a dormir durante un tiempo que es sólo del Señor.
Esto sólo deja ver el raquítico conocimiento que se tiene sobre el propósito de ser cristiano o congregarse. Si esto hacen en la casa de Dios, cómo será su vida en la calle durante la semana.
Esto sólo deja ver el raquítico conocimiento que se tiene sobre el propósito de ser cristiano o congregarse. Si esto hacen en la casa de Dios, cómo será su vida en la calle durante la semana.
Pueden pasar años sentados domingo a
domingo; pero nada real ha ocurrido en sus vidas, si por lo menos no
han entendido sobre la reverencia en la casa de un Dios santo, santo, santo.
Es necesario tomar medidas de fondo para lograr resultados de transformación y esto no se
logra en las fuerzas propias y sin la ayuda de Espíritu Santo. Desarrollar intimidad
con Dios en el día a día, acudir al ayuno y la oración con un deseo ferviente
de parecerse a Cristo. Capacitarse y estudiar la Palabra para permearse
de lo que al Autor de la Biblia espera con este manual de vida.
Sólo un compromiso serio hará que
podamos acercarnos al final del viaje e impactar nuestro entorno. Habrá
altibajos en el viaje y muchas curvas; el clima
cambiará durante el mismo y no faltará una llanta por reparar. Hay que llegar; pero
transformados a la imagen de Cristo y no a la del mundo.
PREGUNTA: En qué parte del viaje está usted?
REFLEXIONE Y DECIDA!
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REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –
¡SI EN ALGO LE HA
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