“Dice el necio en su
corazón: No hay Dios. Se han corrompido, hacen obras abominables; No hay quien
haga el bien” (Salmos
14:1)
No sé si usted entiende este término
muy propio de Latinoamérica, donde el hacer cosas torcidas en el ámbito político
entre otros es el pan de cada día. Cada vez que se aproximan los eventos
electorales y durante los mismos, se cocinan unos verdaderos sancochos de
corrupción, a los que nos les falta ningún ingrediente.
Los cocineros son los mismos siempre o
sus delfines, pero no se quedan por fuera de algo que no sólo les alimenta;
sino que por el contrario los va a indigestar. No hace falta rebuscar materia
prima para el sancocho, todos los ingredientes parecieran emerger frente a
ellos por la torpeza de los pueblos; pero bien reza un dicho que dice que cada
pueblo tiene lo que merece.
En las semanas anteriores vimos cómo
los republicanos asumieron nuevamente el poder del órgano legislativo de la
nación más poderosa de la tierra. Unas elecciones que hablan obviamente de la
gestión buena o mala del presidente; pero es increíble cómo el primer
mandatario no es realmente quien gobierna, sino el producto de las componendas a
las que llegan los políticos.
Como decimos Latinoamérica no es la
excepción y por el contrario este es un mal demasiado enquistado en los pueblos
como para excluirla. Si nos detenemos en cada uno de los casos en particular,
nos encontraremos con los mismos vicios; pero con diferentes nombres. Frente a
esto vemos la misericordia de Dios, para los pueblos que subsisten aún en circunstancias
tan precarias.
El asunto de hoy tiene que ver con la
clase de “componendas” que estos personajes pretenderán hacer cuando estén
frente a Dios. Es increíble la miopía espiritual de estos individuos, que piensan
que la vida se remite a estos breves años en la tierra y que no hay algo de
parte de Dios más allá.
Allá no habrá arreglo o torcido posible
y sus hechos los condenaran por las altas responsabilidades con las que fueron
envestidos. El caso de ellos no será comparable
al del ciudadano común que tendrá que afrontar sus pecados; pero estos “privilegiados”,
tendrán que poner la cara por la estela de pobreza, miseria, corrupción y muerte
generada por sus acciones.
Triste posición la de estos personajes
que han pasado por el liderazgo de las diferentes naciones del mundo como
presidentes, dictadores, primeros ministros, reyes o en cualquiera de los
cargos que ostentan. Para ellos no habrá componenda que valga!
PREGUNTA: Conoce usted algún caso de
estos?
REFLEXIONE Y DECIDA!
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REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –
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