viernes, 16 de enero de 2015

UNA MILLA MÁS…



a cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, ve con él dos.  Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo rehúses. Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen(Mateo 5:41-44)

El corazón es un miembro muy complejo y parece que todo el tiempo va en contravía de lo que quisiéramos hacer o decir. Es muy frecuente encontrarse en una discusión entre lo que se quería hacer y lo que finalmente se hizo. El hombre común y sin Dios, se ha entregado a una forma de vida, en la que pensar o hacer lo malo le es perfectamente normal.

Cuando ha llegado a lo pies de Cristo, empieza una continua lucha entre el espíritu y la carne. No es fácil y es cuando se tiene que hacer acopio de todas esas herramientas entregadas por Dios para sacar adelante una vida diaria en santidad.

Si Dios lo invita a perdonar a los que lo persiguen y hacer algo adicional con el prójimo, con mucha más razón con el necesitado. Cuántas veces se ha encontrado usted con algo que no hizo para ayudar al vecino y que estuvo en su corazón hacerlo. Lo normal es cuando usted se limita ha hacer lo necesario en vez de caminar esa milla más por el prójimo.

La Biblia nos enseña a no quedarnos en lo mínimo; sino a ir más allá cualquiera que sea lo que implica esa milla extra. Puede ser cargar un paquete, ayudar a bajar un minusválido o cualquier asunto relacionado, y no sólo para mostrar nuestra compasión con el necesitado; sino como un principio de Dios.

Son tantas las situaciones en las que debiéramos participar activamente de parte de Dios y dejamos pasar, que resulta casi imposible ir en oración delante de Él a pedir sus favores. El Señor dice que el que da a los pobres a Él le presta, entonces porqué nos cuesta tanto servir o dar?. “A Jehová presta el que da al pobre” (Proverbios 19:17)

Que se convierta en un principio de vida del creyente el caminar esa milla extra, pues cuántas ha caminado Dios por nosotros. Será que en algún momento hemos sido dignos de la salvación o somos tan santos como para no merecer el infierno?.

Reflexionar y actuar es lo que Dios espera; el Señor no ha tenido que pensarlo mucho para participar de manera activa en nuestra necesidad permanente!
PREGUNTA: Ya caminó su milla extra hoy?

REFLEXIONE Y DECIDA!
- REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –

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