jueves, 2 de octubre de 2014

ORAR O REZAR



Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos. No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis“(Mateo 6:7,8)

Cuando un padre trata de dar una instrucción a su hijo, mientras el muchacho reza las tablas de multiplicar una y otra vez, evidentemente allí no hay comunicación. Es imposible lograr entendimiento entre dos partes que no se escuchan o no hablan el mismo idioma.


De la misma forma encontramos a Dios tratando de hacerse entender con personas que se limitan a repetir una y otra vez elaborados rezos de hombres. Yo le pregunto con respeto: Lograría usted algún tipo de acercamiento a una persona en esas condiciones? Por supuesto que NO es la respuesta y esto es lo que practican las religiones del mundo.


Cómo hacer entender a estos, si es algo tan básico como una conversación entre dos personas?. Parece una tarea imposible entregar unas instrucciones, si no entienden o no quieren obedecer algo tan elemental. “les dijo: Mi madre y mis hermanos son los que oyen la palabra de Dios, y la hacen.” (Lucas 8:21)

Cuando usted no entiende una instrucción, lo más probable es que no la realice o haga todo al revés. Esto traducido a un ambiente laboral del mundo, sólo llevaría a un resultado más que esperado: El despido.


Dios lleva muchos años o mejor siglos, hablando a un pueblo que no quiere entender, que no quiere escuchar, que no quiere obedecer desde lo más básico. En este orden de ideas cómo pretender, que las cosas salgan bien o que Él bendiga algo que no está bien hecho? Cuando se habla de orar, es Dios mismo buscando una conversación con usted.


No es la primera vez que tocamos el tema; pero es realmente inquietante ver los millones de personas que cada día se van al abismo, por no querer escuchar. Desde el personaje más básico intelectualmente hablando, hasta el más letrado, no hay diferencia. No importa si habla uno o varios idiomas, simplemente no obedecen, oyen; pero no escuchan. “Mas cuando yo te hubiere hablado, abriré tu boca, y les dirás: Así ha dicho Jehová el Señor: El que oye, oiga; y el que no quiera oír, no oiga; porque casa rebelde son.” (Ezequiel 3:27)


La gente está tan atrapada en su visión del mundo y de Dios, que prefieren no intentarlo!


PREGUNTA: Es usted de los que no quiere oír?


REFLEXIONE Y DECIDA!

- REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –



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