“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha
dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas
tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al
mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. El que en él cree, no es
condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el
nombre del unigénito Hijo de Dios. Y esta es la condenación: que la luz vino al
mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran
malas.” (Juan 3:16-19)
Al observar el día a día de la
humanidad, deberíamos preguntarnos si ésta condición de vida, es la que Dios ha
determinado como “vida” para nosotros. Un tiempo enmarcado de angustia y
problemas, aunque con breves espacios
que llamamos felicidad. Una felicidad que
vemos reflejada en deseos egoístas satisfechos como riqueza, viajes,
estudio, objetos materiales y otros.
Nos aferramos a esto como
lo único que conocemos y no damos espacio al plan de verdadera vida, que Dios tiene.
Ayer acompañaba un sepelio de personas
incrédulas y aunque el sacerdote mencionó el cielo para el difunto y los
presentes, en ningún momento exhortó o enseño acerca de la forma de obtenerlo
a través de la persona de Cristo.
Cuando llegó el momento de llevar el
ataúd a su respectiva bóveda y ante la inminencia de una despedida definitiva de la
carne, se generó una histeria colectiva en familiares y acompañantes, que sólo
refleja su falta de conocimiento (ignorancia) sobre la verdadera vida
presentada en la Biblia.
Yo abandoné el recinto y no imagino
qué hubiera pasado si estas personas que evidentemente no conocen a Cristo,
supieran que tanto el difunto como ellos, van a una vida eterna sí; pero de consciente perdición en un lago de
fuego (infierno).
Todos hemos sido predestinados para
una “vida” eterna al lado de Dios en Su salvación provista por Su Hijo; pero si
no creemos en esta y la aceptamos, no hay nada que hacer.
PREGUNTA: Ya tiene usted vida eterna y
plena con Cristo?
REFLEXIONE Y DECIDA!
- REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –
¡SI EN ALGO LE HA
ENRIQUECIDO ESTA REFLEXIÓN, NO OLVIDE COMPARTIRLA!