martes, 29 de abril de 2014

VERDADES BÁSICAS – EL CONSOLADOR



Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré” (Juan 16:7)

Otro aspecto importante de la nueva vida en Cristo, es el nuevo miembro de nuestra familia. Por supuesto estamos hablando del Espíritu Santo de Dios y la intervención que tendrá en la vida del nuevo creyente.


Es de anotar, que en el momento que Cristo deja la tierra y a sus discípulos, para volver con el Padre, hablo de alguien que lo reemplazaría en su trabajo, que no los dejaría solos y que este alguien hasta ahora no conocido, estaría siempre con ellos.


El Espíritu Santo es considerando la tercera persona de la Trinidad y es el encargado de dar conocimiento, discernimiento, sabiduría, protección y otras formas de cuidado a los hijos de Dios  “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho” (Juan 14:26). Los asuntos imposibles de entender para el incrédulo, ahora serán posibles para el creyente con su intervención.


Se debe tener claro que en las fuerzas del hombre y  aún llamándose creyente, no se puede lograr progreso en la relación con Dios. El Espíritu capacita, transforma y lleva a cabo ese proceso de santificación que va desde el momento de recibir a Cristo como Salvador, hasta la muerte física del nuevo creyente.


En este orden de ideas, la intervención del Espíritu es vital si se quiere ser un cristiano con fruto. Algunas ideologías centran su atención en el Espiritu y aunque es la tercera persona de la Trinidad, no sobrepasa el papel definitivo de Dios Padre, como creador y sustentador de lo creado.


Por último, la Biblia describe como el creyente al momento de creer, se convierte en templo del Espíritu y de ahí la importancia de sostener la comunión con el Padre, si no se quiere contristar (Apagar) al Espíritu. ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?” (1 Corintios 6:19). Cuando se peca deliberadamente, el Espíritu se aleja por su no aceptación del pecado en su calidad de Santo; pero esto no obsta para recibirlo de nuevo pidiendo perdón y alejándose del pecado.

PREGUNTA: Imaginó usted andar siempre con alguien tan importante al lado?


REFLEXIONE Y DECIDA!

- REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –



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