“¿Quién es sabio y
entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia
mansedumbre.” (Santiago 3:13)
Mirando los creyentes con pobre testimonio, la única salida es mirar a
Cristo. Es triste, cada vez que se va a compartir de Dios y uno se encuentra
con el rechazo por que algún familiar o amigo, llamándose cristiano ha hecho o
dicho tal o cual cosa.
El asunto afecta al punto de que el
incrédulo dice: “si esto es ser cristiano, prefiero seguir así”. Cómo vender un
producto que no representa algo mejor para el que lo compra?. Es apenas natural
que el incrédulo quede vacunado con esta clase ofertas.
El creyente genuino debe ser
reconocido por sus hechos y no por sus palabras. Que bueno es ser interrogado
por alguien que pregunta: Y usted porqué es diferente?. Obviamente la gloria es
del Señor; pero siempre la respuesta debe ser: “Por que Cristo vive en mi”.
El hijo de Dios debe marcar la
diferencia en todo sentido y no practicar o ser complaciente con ciertas
conductas que para el mundo son naturales. Dios nos ha llamado a impactar al
mundo con un Evangelio que esté impregnado en nuestras vidas, y a no ser
permeados por el pecado.
Esa diferencia nos hace notorios
dentro del entorno, y aunque a veces se nos margine de ciertos círculos, es
mejor sentir este rechazo que al final se convierte en gozo por causa de
Cristo.
Por esto la recomendación es a hablar
menos y vivir más frente a tanto despropósito que se autoproclama como cristiano
hoy. No le invitamos a ser de esos agentes secretos cristianos, que entre
semana nadie los distingue por su no diferencia en el trabajo, el estudio y
menos en la casa; sino a mostrar la diferencia en una vida que impacte y cree
esa necesidad de buscar a Cristo.
Entre menos hablamos, más decimos!
PREGUNTA: Es usted de los que callan y
muestran vida?
MEDITELO Y
DECIDA!
- REFLEXIÓN BASADA EN LA
VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –
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