“Entonces
alzó Abraham sus ojos y miró, y he aquí a sus espaldas un carnero trabado en un
zarzal por sus cuernos; y fue Abraham y tomó el carnero, y lo ofreció en
holocausto en lugar de su hijo” (Génesis 22:13)
En el complejo y a la vez simple propósito
de Dios para la vida de cada uno de Sus hijos, encontramos muchos eventos que
siempre apuntan a lo mismo: “El corazón”. Así y las cosas, podemos evaluar las
situaciones en la vida personal, y cuántas de estas implican un desprendimiento
de algo muy valioso, en lo que centramos nuestra atención por encima de Él
(Dios).
El asunto es muy claro y el primer
mandamiento dice “No tendrás dioses ajenos delante de mí” (Deuteronomio5:7), y
cualquier persona o cosa puede constituirse en un dios que le robe ese primer
lugar al Señor.
Dentro de los ejemplos bíblicos
encontramos a Abraham, Lot, David, Salomón y muchos otros que tuvieron que ser
tratados en este aspecto. En el caso de Abraham, el verso de referencia muestra
la intervención de su hijo. Alguien que había esperado por muchos años y
producto de un milagro de Dios.
Cómo esperar que Dios le dé un hijo y
luego quiera quitárselo?. No parece lógico para nosotros; pero Dios necesitaba
saber en qué lugar lo tenía Abraham. Dios no comparte el primer lugar con nadie
y este hombre probó tenerle en el primero. Evidentemente Dios no quería la vida
de Isaac, Él quería el corazón de su padre.
Cuántas veces nos vemos enfrentados a
este tipo de situaciones?. Hace unos días escuchaba el relato de una mujer
creyente que perdió a su hijo en un accidente, sin embargo el domingo
siguiente a su sepultura, la mujer estaba sentada en la iglesia con lagrimas en
los ojos; pero dando gracias a Dios por Su voluntad en ella.
PREGUNTA: Contempla usted a alguien o
algo, antes que a Dios?
MEDITELO Y
DECIDA!
- REFLEXIÓN BASADA EN LA
VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –
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