“Y manifiestas
son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia,
lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras,
contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios,
borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os
amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no
heredarán el reino de Dios” (Gálatas 5:19-21)
Cómo aceptar determinados comportamientos
en la vida de un hombre o mujer, que a la vista de la sociedad es un buen
elemento. Simplemente se le ve como un empresario(a), político(a), magistrado(a),
catedrático(a) o profesional exitoso, y la verdad es que uno se encuentra
frecuentemente en medio de conversaciones, en las que se justifica cualquier
clase de pecado con tal de que se sea exitoso.
El señor es un borracho y
homosexual; pero mire dónde vive, qué carros tiene y cuántos empleos genera!. No
importa la clase de comportamiento en el individuo, su vida personal no es de
nuestra incumbencia dice la gente.
En el terreno personal no
podemos incursionar, pues él ayuda mucho a los pobres dicen otros; pero qué hay
de la integridad de la persona y de ese término tan importante, pero que la
gente ignora que se llama pecado? Se puede tener esa doble vida y conocemos a
muchos que así viven; pero no podemos llegar hasta allá.
El mundo puede ver con
naturalidad este tipo de comportamientos; pero Dios y Sus hijos no. Obviamente
no podemos constituirnos en jueces de nadie, y pobres de aquellos que no someten
su vida a Dios y Sus principios.
La Biblia dice que un día
no muy lejano, tendremos que dar cuenta sobre nuestra vida y estos que viven
así no entraran en el Reino de Dios.
PREGUNTA: Acepta usted como
normales estos comportamientos?
MEDITELO Y
DECIDA!
- REFLEXIÓN BASADA
EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –
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