“hasta la aparición de nuestro Señor
Jesucristo, la cual a su tiempo mostrará el bienaventurado y
solo Soberano, Rey de reyes, y Señor de señores”(1 Timoteo 6:14-15)
En
la lógica de un hombre de 2000 años atrás o uno contemporáneo, no cabe la
posibilidad de que un rey sea entregado por un esclavo. Si hablamos en el
contexto de hoy, estaría usted dispuesto a dar su vida o a ser objeto de un sacrificio por una persona
desconocida, de menor estrato o por su enemigo?.
Por
el barrendero, la empleada domestica o el portero de su edificio?. No lo juzgo,
pues creo que yo tampoco lo haría; pero déjeme decirle que Jesucristo lo hizo
por el barrendero, la empleada, el portero, por usted y por mí. Lo hizo por
nosotros que hemos nacido “esclavos” del pecado y así vivimos “¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis,
sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia?”
(Romanos 6:16).
Estamos hablando de un Rey que se hizo
hombre por 33 años; vivió nuestras limitaciones y no sólo se entregó, sino que
fue insultado, ultrajado, humillado y asesinado. No estamos hablando de
cualquier rey de los que conocemos por la historia, de los que aún subsisten en
la nobleza europea, asiática o de un presidente actual, por poderoso que sea el
país.
Lo hacemos de aquel que la Biblia describe
como el “Rey de reyes y Señor de señores”; del Creador del universo y no de
cualquier hijo de hombre. No obstante se presentó como alguien que quería
servir de instrumento salvador para la humanidad, y en la convicción de que
sólo se puede ser el Rey, cuando se
acepta ser siervo primero.
Tal vez contemplaríamos donar un órgano
por un hijo, madre o esposa; pero la vida?. Sin embargo hubo Uno que lo hizo
por usted y por todos aquellos que le quieran aceptar.
PREGUNTA: Alguna vez contempló
siquiera servir?
MEDITELO Y DECIDA!
- REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –