“El hijo necio es pesadumbre de su padre, Y amargura a la que lo dio a luz.”
(Proverbios 17:25).
Siguiendo
con el tema de la educación, las parejas de hoy en el mejor de los casos
contraen matrimonio y procrean, pero dedicados al trabajo, al evento social, el
gimnasio o estudiando para devengar más; dejan a sus hijos en manos de una
persona que tuvo menos oportunidades en la vida, y que no está capacitada para
formar la siguiente generación en ningún aspecto.
Generación
que es todavía más complicada que la anterior, pues su falta de parámetros de
vida y cero principios de Dios, la ha constituido en un cúmulo de individuos
que miran a los adultos de arriba abajo y como si fueran algo menos que un
despojo. Irreverentes, mal educados, respondones, igualados, sin ningún limite,
que creen merecerlo todo y para colmo dentro de una total laxitud en la casa,
la escuela, el estado y hasta en la iglesia si es que la hay.
Es
apenas obvio que de una generación como esta, no se puede esperar mucho y son
los padres, estos “doctores o licenciados”, los propiciadores de esta realidad
que nos hace pasar de una generación de inútiles como formadores a otra con
menos propósito.
Tremenda
responsabilidad les asiste a estos adultos delante de Dios y qué podemos
esperar de las que vienen? “instruye al niño en su camino, y aún cuando fuere viejo
no se apartará de él” (Proverbios 22:6). Un mundo que perece gozarse en
su condición sin Dios, sin principios y cuya única expectativa radica en lucir un
archivo de títulos; pero que en nada los habilita para ser las personas integras
que Dios espera.
Y
como si fuera poco. patrocinados por abuelos permisivos y alcahuetas, que
quisieran remendar el mal resultado en sus hijos, con un parche peor en sus
nietos “El
que detiene el castigo, a su hijo aborrece; más el que lo ama, desde temprano lo corrige.” (Proverbios 13:24). Lo
cierto es que cada día vemos, como se configura más la generación previa al
rapto de la Iglesia. “habrá
hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos,
desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin
afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles,
aborrecedores de lo bueno, traidores,
impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios” (2Timoteo 3:2-4)
PREGUNTA:
Cómo se ve usted en este panorama?
MEDITELO Y DECIDA!
- REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –