martes, 5 de febrero de 2013

EN MANOS DE QUIÉN?



“El hijo necio es pesadumbre de su padre, Y amargura a la que lo dio a luz.” (Proverbios 17:25).


Siguiendo con el tema de la educación, las parejas de hoy en el mejor de los casos contraen matrimonio y procrean, pero dedicados al trabajo, al evento social, el gimnasio o estudiando para devengar más; dejan a sus hijos en manos de una persona que tuvo menos oportunidades en la vida, y que no está capacitada para formar la siguiente generación en ningún aspecto.

Generación que es todavía más complicada que la anterior, pues su falta de parámetros de vida y cero principios de Dios, la ha constituido en un cúmulo de individuos que miran a los adultos de arriba abajo y como si fueran algo menos que un despojo. Irreverentes, mal educados, respondones, igualados, sin ningún limite, que creen merecerlo todo y para colmo dentro de una total laxitud en la casa, la escuela, el estado y hasta en la iglesia si es que la hay.

Es apenas obvio que de una generación como esta, no se puede esperar mucho y son los padres, estos “doctores o licenciados”, los propiciadores de esta realidad que nos hace pasar de una generación de inútiles como formadores a otra con menos propósito.

Tremenda responsabilidad les asiste a estos adultos delante de Dios y qué podemos esperar de las que vienen? instruye al niño en su camino, y aún cuando fuere viejo no se apartará de él” (Proverbios 22:6). Un mundo que perece gozarse en su condición sin Dios, sin principios y cuya única expectativa radica en lucir un archivo de títulos; pero que en nada los habilita para ser las personas integras que Dios espera.

Y como si fuera poco. patrocinados por abuelos permisivos y alcahuetas, que quisieran remendar el mal resultado en sus hijos, con un parche peor en sus nietos “El que detiene el castigo, a su hijo aborrece; más el que lo ama, desde temprano lo corrige.” (Proverbios 13:24). Lo cierto es que cada día vemos, como se configura más la generación previa al rapto de la Iglesia. habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios” (2Timoteo 3:2-4)

PREGUNTA: Cómo se ve usted en este panorama?

MEDITELO Y DECIDA!

- REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –