Para una persona
conocedora de los parámetros de Dios, aunque todo esto se encuentra contemplado
en la Biblia, no deja de ser difícil aceptar, que en el mundo de hoy, a lo
bueno se le llame malo y a lo malo bueno. Esta es una sociedad que ha vendido
sus principios por fines tan bajos como la codicia “porque raíz de todos
los males es el amor al dinero” (1 Timoteo 6:10).
No hay que
ir a las noticias para encontrarlo, ya que lo podemos ver en nuestro entorno
cercano. El tráfico de influencias, el clientelismo político, la trampa, la
mentira, la evasión de impuestos y otras. No importa si hay que sobornar, robar
o matar; lo importante es lograr el fin, dicen muchos. Y si esto sucede en
eventos cotidianos de la vida, con qué cara podemos condenar delitos como el
tráfico de drogas, personas, el asesinato o la pornografía infantil?.
Demos una
mirada al interior de una familia promedio:
La novia del
hijo lo visita en su cuarto, la relación homosexual de la hija, la vulgaridad
de la nieta, el alcoholismo del tío, la pataleta de la niña menor, el adulterio
de la amiga, la prima prepago, o el sobrino en negocios ilegales; y todo esto
con la mirada complaciente de los mayores.
Es que él o
ella ayuda con los gastos de la casa y cómo le llamamos la atención?.
Ningún argumento
se constituye en excusa válida delante de Dios y debería serlo para los adultos
de hoy, que tenemos la responsabilidad de formar jóvenes. Pero si lo permitimos
en casa; el colegio o la iglesia, nada podrán hacer.
A estas
alturas, cualquier clase de delito está a la puerta de un joven y todos los
días vemos las cárceles de las ciudades más llenas. Es una sociedad enferma,
sin futuro, en la que los niños ya no respetan a los padres, los mayores, los
maestros o la ley.
Es interminable
la lista de comportamientos erráticos que vemos desde el hogar más humilde hasta
el más encumbrado de la sociedad. Los medios de comunicación se encargan de exaltar
estas repudiables conductas en su afán económico y lo más complejo, es la falta
de conciencia en la sociedad para propiciar un cambio. No exageramos al decir
que esto es irreversible.
La
siguiente, es apenas una de las citas bíblicas que hablan del asunto y en las
que se expone al hombre de los últimos tiempos:
-“debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque
habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios,
blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin
afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores
de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados,
amadores de los deleites más que de Dios” (2Timoteo
3:2-4)
Si usted no
creía en lo que dice Dios en la Biblia, reaccione por que esto que leyó, es
apenas el preámbulo de lo que viene. La Palabra de Dios se ha cumplido desde
sus relatos más antiguos, usted es testigo de lo presente y se cumplirá en su
totalidad. “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán” (Mateo 24:35)
El proceso está en marcha y nada lo
puede parar. Ni las buenas intenciones de algunos gobernantes, o las campañas
altruistas para salvar al mundo. El caos es un hecho para el mundo presente y
futuro; y aunque algunos se equivoquen en la forma de interpretar la Biblia en
lo que tiene que ver con los últimos días, la suerte para la humanidad está
echada de parte de Dios con su respectiva respuesta “No erréis; ni los fornicarios, ni los
idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con
varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los
borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios”
(1Corintios 6:9,10).
En sus manos
está aceptar la solución, que el Creador ha provisto en Su hijo Jesucristo!
PREGUNTA: Cuál
es su posición frente a caos reinante?
MEDITELO
Y DECIDA!
- REFLEXIÓN
BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –