martes, 29 de mayo de 2012

CÓMO LUCEN?


En la mente del hombre, las imágenes del mundo se establecen como algo preconcebido y que todos asumen como regla general. Cuando le hablamos a alguien de un avión, este se imagina algo que vuela; pero por su mente no pasa la cantidad de componentes que hacen que vuele o que hay cantidad de formas y características dentro de lo que se llama un avión.
Hace unas semanas  mencionábamos a los lobos disfrazados de ovejas falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces” (Mateo 7:15) Y así como satanás no es un  personaje de aspecto grotesco con cuernos, rabo y tridente; tampoco los lobos que tristemente vemos al interior de la Iglesia, tienen colmillos, garras, rabo o pelaje.
Creemos inclusive, que Dios es un anciano de barba blanca, gordo y bonachón, que se asemeja más un papá Noel; mientras que la Biblia dice que a Él nadie le ha visto jamás de manera corporal y que aquel que se aventure a hacerlo, morirá por su condición de imperfección y pecado.
Estos lobos con sus efectos en el desarrollo del plan de Dios y Su obra, son casi imperceptibles al ojo humano. Se debe ser bastante suspicaz espiritualmente hablando para detectarlos. La Biblia nos manda a ser cuidadosos, He aquí, yo os envío como a ovejas en medio de lobos; sed, pues, prudentes como serpientes” (Mateo 10:16) y a estar atentos a cualquier cosa que se aparte de lo que se enseña en ella.
Sin embargo la tendencia del hombre es a poner su mirada en lo exterior, a poner su confianza en la carne y tarde o temprano se estrellan con la verdad cantada por Dios previamente. “…Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová” (Jeremías 17:5).
Que es muy agradable, que tiene carisma, que predica muy bien, que se sonríe con todo el mundo; pero sólo Dios sabe lo que hay en esos corazones  Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá? Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras” (Jeremías 17:9,10).
Con ese aspecto de individuos piadosos, hombres y mujeres engañan diariamente al incauto que cree que lo que enseñan o practican estos lobos debe darse por sentado, los ponen en un pedestal y hasta los idolatran como es costumbre en la religión tradicional. Les llevan presentes, los exaltan y de ser posible les cubren algunos de sus gastos, creyendo hacerlo para Dios.
Su personalidad y algo que va mucho más allá: sus enseñanzas, su ejemplo y su forma de vida, que termina afectando la de los que les siguen. No sólo están chupando la sangre de los creyentes, sino que además están apartando a muchos, que al descubrir sus maquinaciones, responsabilizan a Dios.
No nos apartamos, que hay hombres con un verdadero y santo testimonio al interior de la obra de Dios, es nuestra oración que estos se mantengan obedeciendo lo que dice la Biblia; pero esto no nos exime de la responsabilidad de seguir sólo a Dios y no a hombres.  Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino, que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina” (2 Timoteo 4:1,2).
PREGUNTA: Se ha encontrado usted con alguno de estos?.

MEDITELO Y DECIDA!
- REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –