jueves, 19 de abril de 2012

MARIA Y LOS SANTOS


En ninguna parte de La Biblia se habla de adorar o siquiera venerar hombres o mujeres desaparecidos. Es más, en muchos apartes de la misma se ordena no exaltar a hombres y que la gloria se le dé siempre a Dios. Adular a hombres es una condición muy propia del hombre. Todos los días vemos y escuchamos en los medios de comunicación, la exaltación llevada al extremo de convertir en ídolos a actrices, cantantes, deportistas, millonarios, políticos y otros.  No era aceptable hacerlo con los dioses falsos de la antigüedad, y tampoco lo es en la actualidad.
El trabajo, el esposo, el dinero, un hijo, las posesiones materiales o cualquier cosa se puede constituir en un dios en la vida de una persona. Entre los seguidores del señor Jesucristo y posterior a su partida, se dieron milagros en los que ellos fueron instrumento; pero siempre en el nombre del Señor. Pedro, Pablo y otros se rehusaron a recibir la gloria y se declaraban hombres comunes y corrientes. Cuando Pedro entró, salió Cornelio a recibirle, y postrándose a sus pies, adoró. Mas Pedro le levantó, diciendo: Levántate, pues yo mismo también soy hombre” (Hechos 10:25,26). Es tan claro que los mismos ángeles la rechazaron Yo me postré a sus pies para adorarle. Y él me dijo: Mira, no lo hagas; yo soy consiervo tuyo, y de tus hermanos que retienen el testimonio de Jesús. Adora a Dios” (Apocalipsis 19:10)
La única explicación de su práctica actual, es la falta de conocimiento de lo que dice la Biblia sobre el tema. La religión tradicional, defiende su práctica, afirmando que no es adoración sino veneración; pero es lo mismo y lo que vemos es una confianza total, dependencia, idolatría, peregrinaciones, promesas basadas en estos ídolos que ni hablan ni  pueden oír, “Y serviréis allí a dioses hechos de manos de hombres, de madera y piedra, que no ven, ni oyen, ni comen, ni huelen” (Deuteronomio 4:28), desvirtuando la confianza que debe estar puesta enteramente en Dios “Así ha dicho Jehová: Maldito el varón que confía en el hombre,……y su corazón se aparta de Jehová……..Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová” (Jeremías 17:5-7)
Lo cierto es que es un práctica rechazada por el Señor “…amados míos, huid de la idolatría” (1Corintios 10:14). No se condena la admiración o respeto por todos esos personajes bíblicos; hombres y mujeres con un corazón dispuesto para Dios. María es un claro ejemplo de una mujer virtuosa, digna de admiración como Isaías, Pablo, Eliseo, Ester, David o Ruth que vino a ser la bisabuela del señor Jesús sin siquiera ser judía.
Otro tema es que Dios explícitamente prohíbe ser adorado a través de las cosas creadas. No debemos inclinarnos o adorar a ninguna cosa que esté arriba en los cielos ni abajo en la tierra “ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén” (Romanos 1:25)

Podemos hablar de una práctica típicamente vicaria en la cual una persona ejerce las funciones de otra y por ende recibe créditos ajenos. En español religioso: “ganar indulgencias con avemarías ajenas”, y en esto también es suficientemente clara la Palabra, cuando afirma que la gloria es sólo de Dios “Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder” (Apocalipsis 4:11)

En vida de Pablo y desde mucho tiempo atrás se fabricaban las imágenes. Dioses paganos que ahora han sido reemplazados con personajes bíblicos o contemporáneos  ya fallecidos. Estos terminan estableciéndose como amuletos de suerte en templos, vehículos, billeteras y casas como parte de lo mismo: idolatría

Prender veladoras, frotar la camándula durante el rezo del rosario, la utilización de imágenes de tal o cual forma para lograr propósitos y otros, se convierte en  una idolatría que suplanta a Dios “y pagaréis los pecados de vuestra idolatría; y sabréis que yo soy Jehová el Señor” (Ezequiel 23:49)
Usted puede comprobarlo sin ir tan lejos. En ninguna parte de la Biblia se nos manda a hacer este tipo de cosas y por el contrario, se prohíbe. Ábrala, léala, estudie, documéntese, aunque pienso que con toda seguridad, su Biblia debe ser parte de estos amuletos. Abierta y sin sentido en el Salmo 23.

PREGUNTA: Dónde está su Biblia?


MEDITELO Y DECIDA!
- REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –