Cuando se habla del evento más importante de la humanidad, se prefiere dar este titulo a cualquier descubrimiento de hombres, antes que a aquel que partió la historia en dos. Estamos hablando de la venida de Dios hombre, del señor Jesucristo. Este acontecimiento que relata Mateo posterior a su venida, también fue descrito claramente en una profecía de Isaías siglos antes de la misma “Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel" (Isaías 7:14).
En otra parte de las muchas en las que se describe este maravilloso evento, se dice “José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es. Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados. Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta” (Mateo 1:20 - 22)
Jesucristo es mostrado como Emanuel; pero este es mucho más que un bonito nombre, pues tiene un profundo y definitivo significado en la vida del hombre. Emmanuel quiere decir "Dios con nosotros."
En pocas palabras, esto nos dice que en aquel momento se estaba recibiendo al Señor que restauraría nuestra relación perdida con Dios, al Señor de la salvación. Desde su venida hasta hoy en todo el mundo aún se le recibe y Dios sigue esperando que muchos que no lo han hecho, lo hagan. La vida no es fácil y hay que lidiar con tiempos de tristeza, soledad, depresión, desesperación, angustia, enfermedad, dolor y otras; pero hay una enorme diferencia entre los que la enfrentan utilizando sus propias fuerzas, y aquellos en los cuales se ejerce el poder del Dios que todo lo puede "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece" (Filipenses 4:13)
Lo más importante de todo, es esa relación rota con Dios y que nos conduce a una inexorable eternidad en el infierno que la religión tradicional niega. Por qué querer caminar solos frente a estas circunstancias y exponernos a la perdición eterna, cuando podemos hacerlo de la mano de nuestro Padre? Si el concepto de padre en la carne es sinónimo de protección, cuidado, disciplina y provisión, qué nos puede faltar con el Padre eterno, con el Creador del universo? “tuvimos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban, y los venerábamos. ¿Por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos?” (Hebreos 12:9)
Pareciera que no nos interesa volver al camino que Dios diseñó originalmente para nosotros. La puerta está abierta, la salvación está en el señor Jesucristo y la decisión es suya.
PREGUNTA: Y usted quiere seguir solo?
MEDITELO Y DECIDA!
- REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 -
