jueves, 2 de febrero de 2012

SALVACIÓN, DÓNDE?

No podemos hablar de salvación para la vida eterna como lo describe la Biblia, si no estamos en sincronía con la voluntad de Dios. Hemos visto en reflexión anterior la importancia de la palabra escrita de Dios y esta es la que determina si estamos en esta sincronía o no.
La Biblia es la única forma de comunicación entre Dios y los hombres hoy y no debemos aceptar de acuerdo a lo que allí dice, otras muchas formas que pretenden las livianas doctrinas actuales.
La obediencia a la voluntad de Dios expresada en la Biblia, es definitiva en la vida de un hombre que ha nacido separado de esta. Infortunadamente se ha vivido a lo largo de mucho tiempo apartados de esta voluntad y esto hace que seamos renuentes a entrar en cintura.
No podemos pretender encontrar la salvación en una religión y ya explicábamos por qué. Desafortunadamente una religión se constituye, cuando precisamente no  representa la voluntad de Dios expresada en la Palabra y es reemplazada por mandatos y preceptos de hombres.
No queremos involucrarlo en algo que no sea de Dios y la única que podrá hacerlo, cambiando su corazón y mente será esta misma, no la palabra hombres. Ha visto usted vidas transformadas como producto de palabras de hombres? Ha visto a algún hombre alejado del alcoholismo, drogadicción o alguna adicción,  producto de sermones o consultas médicas? Por supuesto que no y menos de manera permanente. Dios y Su palabra sí lo hace!
Dios no sólo sana y restaura sino que convence de pecado y salva. Una vez que somos concientes de nuestra naturaleza caída en Adán, también lo somos de la necesidad de buscar la única opción para lograr esta salvación: “Jesucristo”.
La salvación por Jesucristo está basada en la fe y no en lo que haga el hombre en sus fuerzas o sea por obras. Esta es fe también de Dios y sólo la recibimos cuando disponemos nuestro corazón “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.” (Romanos 10:17) Solo fe!
La verdad de Dios es tan evidente, que sólo un necio puede negarla. La Palabra habla claramente de esto “Dice el necio en su corazón: No hay Dios. Se han corrompido, hacen obras abominables; No hay quien haga el bien” (Salmo 14:1)
PREGUNTA: Le cree usted a Dios?
 MEDITELO Y DECIDA!
- REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 -