martes, 13 de diciembre de 2011

NUNCA PASARÁ


Hoy queremos hablar sobre algo que define Dios como lo más importante en cualquier circunstancia, tiempo y lugar. Nos hemos alejado de conceptos básicos dejados por Dios como “el amor” y este es un claro ejemplo que convive con algunas de las anomalías doctrinales del pueblo creyente de hoy.
Desafortunadamente este se encuentra desdibujado no solo para el mundo, sino para la iglesia olvidando la preeminencia que Dios le da. Todo el plan del Señor está basado en el mismo y desde el comienzo fue Su deseo entregarlo a Su creación, no importando sus repetidas caídas “No la destruiré, respondió, por amor a los veinte” (Génesis 18:31)
El universo entero es movido por Dios en razón del amor por su pueblo “todas las cosas que Jehová había hecho a Faraón y a los egipcios por amor de Israel” (Éxodo 18:8)  Y lo muestra en lo que permite  por este “obras terribles a tu tierra, por amor de tu pueblo” (2 Samuel 7:23) Todas las faltas del hombre, las ha obviado  “el amor cubrirá todas las faltas” (Proverbios 10:12), y esto mismo espera de nosotros con el prójimo.
Hoy se habla de amor en la familia; pero se confunde con manipulación, interés, autoritarismo y otras formas de coexistencia. Se habla de amor en la pareja; pero se trata de un amor al yo y no al otro. De lo que debe hacer mi pareja por mí y nunca de lo que yo debo hacer por esta. Se habla de amor en el noviazgo, y tristemente esto se confunde con el sexo. La psicología moderna habla de “hacer el amor” sin tener en cuenta que eso es fornicación y por consiguiente pecado.
Estamos tan lejos de la realidad del amor, que Dios no cesa de llamarnos al orden en este sentido  “En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros” (Juan 13:35) Lo hace repetidamente en su Palabra y sólo basta tomar algunos versos, pues para comenzar la preciada Salvación la obtenemos como consecuencia del mismo “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:8)
Pero Dios espera que “El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo, seguid lo bueno” (Romanos 12:9) Ese afecto fingido, de labios para fuera es aborrecido por el Señor y como lo hemos anotado aquí en repetidas ocasiones, Él siempre mira al interior del corazón “Todas vuestras cosas sean hechas con amor (1 Corintios 16:14)
Por último nos dice, que desde la eternidad y por la eternidad, nuestra motivación para todo debe ser este “El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará……… Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor” (1 Corintios 13:8-13)
PREGUNTA: Siente y da usted el amor de Dios?
MEDITELO Y DECIDA!
- REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 -