jueves, 17 de noviembre de 2011

POSICIONAMIENTO DOCTRINAL


Uno de los temas con carácter reiterativo en reflexión, es el “posicionamiento doctrinal” del pueblo creyente. En la Biblia es considerado tan o más importante que el mismo mensaje de salvación, pues así como el incrédulo ira delante del Juicio del Gran Trono Blanco, el creyente también lo hará ante el Tribunal de Cristo.
El primero para salvación o condenación y el segundo ya no para determinar estas opciones, sino para dar cuenta de su comportamiento como hijo de Dios en la tierra. Hipotéticamente hablando, qué pasará cuando el Señor Jesús en Su tribunal exhiba la película de su vida de creyente y en esta se le vea casi o tan mundanal como los incrédulos?. Cuántas cosas quisiera editar o borrar de esta película?
No es necesario tocar estas conductas ya bastante mencionadas; pero sí queremos exhortar a nuestro lector Creyente, a revisar su día a día “no nos ha llamado Dios a inmundicia, sino a santificación. Así que, el que desecha esto, no desecha a hombre, sino a Dios….” (1 Tesalonicenses 4:7,8) RV
Es perfectamente viable para el “cristiano” de hoy, participar en conductas rechazadas por Dios así como lo hace el incrédulo. La única diferencia es la que se lleva el rótulo de “cristiano”, con minúscula.
También es perfectamente factible encontrar predicadores, que desde su púlpito tachan de “legalistas” a los que se sustraen de estas prácticas. Decimos que desde “su” púlpito, pues parece que han se olvidado de Aquel que les ha permitido pararse allí, y que si Dios se los ha permitido no es para emitir sus propios conceptos, sino para proclamar la Palabra sin  tergiversarla.
De acuerdo a lo que dicen estos personajes, tendríamos que tachar a Dios, como el legalista número UNO, pues Él mismo fue quien escribió la ley o a Su hijo que cuando vino dijo No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir” (Mateo 5:17) Es triste ver como estos individuos han dejado anestesiar sus conciencias por el mundo que les rodea y se ven tan involucrados, que no les queda más remedio que buscar en la Biblia, versos que justifiquen sus acciones. Y no menos triste, es ver a comunidades enteras siguiéndoles y camino al abismo.
El Creyente de hoy debe ser un hombre o mujer, que se para con valentía y defiende los postulados del legalista número UNO. Un Creyente que no importando las implicaciones que esto tenga para su vida, se pare en la brecha y decir como Dios lo expresa en su Palabra: “ Si o No”, Frio o Caliente”. Ya sabemos lo que el Señor hará con estos “Por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca” (Apocalipsis 3:16) RV Debería ser muy fácil para estos “cristianos”, asumir posiciones cuando la Palabra es tan clara; pero les sigue ganando un compromiso con hombres, con colectivos o unos pocos billetes.
Dónde está puesta su confianza, en la carne?. Pero si decimos que es fácil asumir posiciones basados en una letra tan clara como la de la Biblia, parece que para la gran mayoría es más fácil ajustarse a su propia concupiscencia y sentarse a lado de aquellos que les dicen lo que sus depravados corazones quieren “no van a tolerar la sana doctrina, sino que, llevados de sus propios deseos, se rodearán de maestros que les digan las novelerías que quieren oír” (2 Timoteo 4:3) NVI
No sabemos qué esta pensando usted hasta aquí; pero deberíamos pararnos como Dios lo espera de nosotros, como una sola iglesia, como unos seguidores incondicionales de Cristo y NO de hombres, como unos “Creyentes”; pero con mayúscula.
PREGUNTA: Si su condición es de CREYENTE, cómo la escribiremos, con minúscula o con mayúscula?
MEDITELO Y DECIDA!
- REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –