jueves, 6 de octubre de 2011

LA VIDA


En las páginas que día a día escribe el hombre en su creciente humanismo, no hay nada concreto sobre nuestros días en la tierra. Pueden haber muchos premios Novel con diversos aportes a ese humanismo; pero nadie lo ha expresado con la claridad que lo hace la Biblia “Acuérdate que mi vida es un soplo” (Job 7:7) Una y otra vez, lo leemos del mismo creador de la vida.
Esta semana nació Sofía, esperada bebé de unos amigos, y hace dos semanas murió Beatricita, la contemplada abuela de mi esposa. Sofía que nace y Beatricita que muere. La primera con toda una vida por delante y segunda luego de vivir noventa y siete años. La una anhelada por sus padres y la segunda, ahora extrañada por todos los siempre la habremos de querer y aprendimos de su experiencia.
Cuántos sueños hay para el que nace y cómo saber hasta cuándo estará en el mundo para realizarlos. Cuántas vivencias para el que se va y cuántas que se le quedaron en el tintero. Pero, cuánta verdad encierra las palabras del apóstol Santiago cuando dice “cuando no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece” (Santiago 4:14)
Lo único cierto es que larga o corta sea la vida, la Biblia nos la muestra como la oportunidad que tenemos para restaurar nuestra relación rota con Dios en Adán; y la única forma de hacerlo, es a través de su hijo Jesucristo “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14:6)
Estar listos siempre en corta o larga vida es nuestra opción “vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche” (1 Tesalonicenses 5:2) Porqué hacer caso omiso a lo que ya está escrito por Dios y seguir haciendo planes, sin siquiera saber si terminaran el día “Vamos ahora los que decís: Hoy y mañana iremos a tal ciudad, y estaremos allá un año, y traficaremos, y ganaremos; cuando no sabéis lo que será mañana” (Santiago 4:13)
Día tras día tenemos noticias relativas a muertes repentinas, causadas ya sea por algún accidente o por fenómenos naturales. Por enfermedades prolongadas como en el caso del mentor de Apple o súbitas como un infarto. Lo cierto es que nuestra vida puede terminar “YA” y sin tener la posibilidad de decir adiós. Pero aún en aquellas personas cuyas vidas transcurrieron sin ser afectadas por ninguno de estos eventos como en el caso de Beatricita, podemos ver que fue muy corto su tiempo de vida, frente a la eternidad que nos espera con Dios o sin Él “Porque mil años delante de tus ojos Son como el día de ayer, que pasó, Y como una de las vigilias de la noche” (Salmo 90:4)
La invitación hoy,  es a ser consientes de la necesidad del señor Jesús en nuestras vidas y en la de los que nos rodean. Pidamos a Dios la sabiduría que nos permita entender, lo que desde siempre ha estado en Su Palabra “Hazme saber, Jehová, mi fin, y cuánta sea la medida de mis días; sepa yo cuán frágil soy” (Salmo39:4)

PREGUNTA: Está iniciando o terminando su vida? Cualquiera sea el caso recuerde que “es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece”
MEDITELO Y DECIDA!
- REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –