jueves, 14 de julio de 2011

GOZO


En la Reflexión anterior, tocábamos el inevitable aspecto de la tristeza, como parte de la vida del hombre. Hoy queremos abordar el extremo opuesto y que en términos bíblicos está definido como el GOZO. Suena contradictorio; pero en la Biblia se nos invita a desarrollar gozo en medio de eventos que sólo podrían producir dolor y tristeza “Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia" (Santiago 1:2,3)
Es importante dar claridad en el sentido de que el gozo nada tiene que ver con la llamada felicidad y que tanto promueve el mundo. Felicidad es sinónimo de abundancia, viajes, propiedades y otras cosas; que se han establecido como el objetivo del hombre y que según el mundo son muestra de éxito.
La felicidad como lo vemos es el resultado de eventos circunstanciales, mientras que el gozo es producto de una bien establecida y renovada confianza en lo que Dios hace en nuestras vidas. El hombre sin Cristo depende de lo que piensa que es obra suya, mientras que el Creyente depende en el día a día de lo que Dios suple, generando una paz que  solamente entiende el que ha creído “la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento,…….”(Filipenses4:17)
El pasaje de (Santiago 1:2,3), parece demandar algo utópico. “Sentir gozo aún cuando atravesamos situaciones difíciles” Cómo pretender que estemos confiados y esperanzados frente a la enfermedad, la escases y la muerte?  El señor Jesucristo le habló muy claro a sus discípulos, cuando advertía sobre lo que les esperaba
“En el mundo tendréis aflicción…” (Juan 16:33); pero también brindaba esperanza al decir “...pero confiad, yo he vencido al mundo.”
Todas las cosas que Dios permite en la vida de un Creyente tienen un propósito “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien” (Romanos 8:28) Alguna vez hablábamos de la importancia de recibir un entrenamiento previo para desarrollar cualquier actividad y este es el caso. Dios entra a preparar a todo aquel que le recibe y que comienza a ser parte de Su propósito eterno “Porque el Señor al que ama, disciplina, Y azota a todo el que recibe por hijo” (Hebreos 12:6)
En este orden de ideas, no debe parecernos descabellado el experimentar gozo, mientras se surten ciertos procesos complicados de nuestra vida. No se trata de masoquismo, simplemente se trata de entender el propósito de Dios para con nosotros y entrar en esa dependencia tan necesaria “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios” (Romanos 8:14)
PREGUNTA: Qué tanto depende usted de Dios?
MEDITELO Y DECIDA!
- REFLEXIÓN BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 -