Cuando de reflexionar se trata, existe mucho material y sobre todo en el caso de la línea bíblica que nos ocupa. La palabra tan intangible como es, en el caso de la Palabra de Dios se presenta como un elemento transformador que no puede ser reemplazado por nada.
Hay Palabra con mayúscula y palabra con minúscula, pero en este púlpito virtual nos basamos en lo que la Palabra de Dios dice y no con el ánimo de entretener, sino con el de retar, exhortar y formar.
Una vez que una persona lee la Biblia, se encontrará con dos opciones, rechazarla o sentarse y reflexionar sobre esta. Con alegría comparto en parte de mi testimonio, cómo después de un lapso de tiempo leyéndola, tuve la sensación de salir volando.
“Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón” (Hebreos 4:12).
Eran tiempos de incrédulo y más que esto, un religioso que andaba en busca de algo significativo para mi vida. En esta oportunidad fue el apóstol Pablo hablando en Romanos capítulo 7, quien me llevó a encontrarme con algo que no me podía explicar y terminó por llevarme a los pies de Cristo.
“Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago….. De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí” (Romanos 7:15-17).
Esto bastó para entender que aquello con lo que luchaba, no iba a ser solucionado en mis fuerzas y menos a través de una religión. No pasó mucho tiempo para que luego de reflexionar me encontrara con la verdad que ha transformado mi vida.
Nada mejor para recomendar algo que haberlo vivido, haberlo experimentado y haberlo puesto en práctica. Es así como desde aquí cada semana retamos a la gente creyente e incrédula a ahondar en las verdades de Dios.
Estamos en tiempos difíciles no sólo para la persona en particular, sino para la humanidad entera. El panorama no es para nada halagador en todo sentido, cada día las cosas se complican más.
Y es ahí también, donde la Palabra hace presencia llamándonos a orar por lo que pasa “Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias,…por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad” (1 Timoteo 2:1,2).
Siempre con la mirada puesta en el Invisible y confiando en que su plan es el que se está cumpliendo. Nada escapa a la voluntad del Señor, el panorama luce absurdo en el tema ambiental, social y político; pero Él está en control.
REFLEXIÓN: Reflexionar en la Palabra es el primer paso para llegar a Dios y crecerle a Él!
REFLEXIONAR ES INHERENTE AL SABIO!
- BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –
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