domingo, 20 de abril de 2025

ÁNGELES Y DEMONIOS

Los hijos son de los regalos más preciados en la vida, y no importa si el suyo en un ángel o un demonio, siempre será su hijo, su amado hijo. Obviamente nos encontramos con casos en los que los padres terminan repudiándolos.

No por falta de amor, sino porque es la forma más indicada de que salgan de su error o se acaben de hundir. Son muchos los casos y de cerca hemos tenido dos; una señora asidua del ministerio con un hijo médico que terminó en las drogas y al grado de ser expulsado de su casa materna por robo y agresión.

Ahora nos encontramos con una señora que nos colaboró en casa y creyente, que su hijo cayó presa del alcohol. El asunto es tan grave que perdió su hogar y ya fue denunciado por agresión a su propia madre.

Literalmente en la indigencia tanto física como espiritual es el destino de ciertos hijos. Y bíblicamente no estamos lejos como en los casos de Elí o Samuel en su orden con sus hijos.

Hombres dedicados de tiempo completo a Dios y como lo describe la Palabra desde el mismo vientre de su madre en el caso de Samuel “…el nombre de su hijo primogénito fue Joel, y el nombre del segundo, Abías; y eran jueces en Beerseba. Pero no anduvieron los hijos por los caminos de su padre, antes se volvieron tras la avaricia, dejándose sobornar y pervirtiendo el derecho” (1 Samuel 8:2,3). Cómo explicarse el triste resultado de estos hijos?.

Pero cómo hacerlo también en el caso de tanto hijo del cuerpo ministerial. Hijos de pastores, diáconos, ancianos o cualquier miembro del cuerpo. Se puede decir que casi no falta hogar de creyentes, en donde por lo menos haya uno apartado. O en qué congregación no se ve al “creyente” apartado y en desobediencia mostrando un mal testimonio?.

La verdad es que no podemos imaginar el dolor de estos padres, que sin juzgar han incurrido en permisividad o en el más común de los casos, excesiva dedicación a sus ministerios provocando ese rechazo de sus hijos a la Palabra.

Es cierto que Dios no tiene nietos y que es responsabilidad individual el llegar a los pies de Cristo; pero al reflexionar qué podemos hacer para prever estas situaciones que siguen afectando el entorno familiar, sino el concepto que el incrédulo se lleva.

Sería bueno pensar en ql dolor de Dios frente a su creación perdida!!

RELEXIÓN: El asunto no es de subestimarse y la oración es el comienzo!

REFLEXIONAR ES INHERENTE AL SABIO!

- BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –

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