En un entorno que se rige por la comprobación de las cosas a nivel científico, cabe pensar qué lógica tiene que una persona llámese hombre o mujer, que crean todavía que un pedazo de yeso o madera puedan hacer algo por ellos.
No sé usted, pero en mi sencilla forma de pensar aún antes de llegar al Evangelio, este era uno de esos aspectos que me cuestionaban y me hacían buscar algo más. Quiero contarles que aun siendo parte de la religión tradicional en la que fui formado, busqué otras formas de llegar a la verdad.
Visité los Testigos de Jehová, conocí de los Mormones y otros; por fortuna no me dio por buscar en el espiritismo, los ángeles, el budismo o el satanismo; pero sí quiero decir, que algo más que la lógica básica me guiaba.
De los primeros aprendí disciplina, asunto de admirar y ojalá los cristianos la tuviéramos; la Iglesia se ha vuelto tan liberal que dormimos en el servicio, llegamos tarde o nos ponemos a hacer visita en el auditorio previo a la alabanza.
Hablamos en reflexión anterior de un corazón dispuesto, y dice la Palabra que cuando lo hay, tarde o temprano llegamos a Cristo. Que cuando abrimos nuestro entendimiento “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo” (Apocalipsis 3:20).
Pero es tan difícil creer esto? “No saben ni entienden; porque cerrados están sus ojos para no ver, y su corazón para no entender” (Isaías 44:18); porqué si la lógica del mundo da para poner su confianza en una cosa, no dará para ponerla en el Creador de todas la cosas?.
Todo apunta, a que en realidad existe una ceguera espiritual y si no se puede entender lo palpable del mundo, menos lo intangible de Dios “Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido” (Romanos 1:21).
No tenemos que recurrir a razonamientos humanos para buscar razones; basta ver la Palabra de Dios que es la autoridad final en toda esta infinita creación y de la cual no conocemos ni la punta.
RELEXIÓN: Mientras no se cuente con Dios, nadie va a entender su plan!
REFLEXIONAR TRANSFORMA!
- BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –
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