jueves, 2 de mayo de 2019

EXCLUIDO


Cuando uno se postula o es postulado a cualquier posición en la casa, el estudio, el trabajo o el gobierno; viene un periodo de incertidumbre y de campaña propia o común para lograr que nuestras cualidades y dones sean tenidos en cuenta para la elección.
Siempre habrá uno más opcionado que los demás y se espera que el idóneo sea el elegido y no como pasa en la política hoy, que el electorado termina votando por el menos malo. Lo vemos en campañas a la presidencia de nuestros países, en las que el factor común no es una propuesta orientada a mejorar las condiciones de pueblo, sino a degradar a los contrincantes.
Con Dios el tema es diferente, en ese orden de ideas el resultado lo es igualmente. Durante el proceso de la muerte y resurrección de Jesús se perdió uno de los apóstoles. Ya la historia lo relata suficientemente claro para hacerlo aquí; pero vino algo con lo que los apóstoles tal vez no contaban.
Era tiempo de reemplazar a Judas y cómo lo habrían de hacer o quiénes serían esos candidatos. La Biblia no lo dice con detalles, pero pensaríamos que eran los más cercanos a la causa de Jesús, algunos de los muchos que le seguían Y señalaron a dos: a José, llamado Barsabás, que tenía por sobrenombre Justo, y a Matías” (Hechos 1:23).

Hay un verso que parece mostrar un evento de suerte para esto y por supuesto no fue así. El reemplazo de Judas no obedeció a un cara y sello “Y les echaron suertes, y la suerte cayó sobre Matías; y fue contado con los once apóstoles” (V:26), Dios mismo intervino como en todos los casos y gracias a Él por esto  “Y orando, dijeron: Tú, Señor, que conoces los corazones de todos, muestra cuál de estos dos has escogido” (V: 24).
Dios es quien conoce el corazón de cada uno y para sus propósitos no podía elegir a alguien que no estuviera a la altura espiritual de la tarea que se venía. No quiere decir que Justo no tenía la capacidad, sólo que para él tenía otra tarea que con toda seguridad sacó adelante con éxito de la mano de Dios.
Estos hombres debían seguir con la gran comisión de Cristo e hicieron la tarea; pero ya hemos bajado la guardia. Con tristeza vemos que la institución iglesia de hoy ya no alcanza a la gente como antes y la pregunta es, se estarán eligiendo a los indicados?
Dios conocía de antemano a Judas, su maldad, lo usó para su plan y así mismo conoce a los líderes de hoy tanto en la iglesia como en el mundo; a quienes sigue usando para dar a cada pueblo lo que merece. No pensemos que Él está ausente de las llamadas elecciones democráticas o inclusive de las dictaduras.
La humanidad olvida que Dios es quien pone y quita reyes (Daniel 2:21), pero con la diferencia de que hoy no pone a los más capaces y de corazón limpio, sino a los que necesita.
REFLEXIÓN: Dios siempre tiene un plan para nosotros, esperemos en Él!
REFLEXIONAR SALVA!
- BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –
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