Dentro de las noticias del día a día
en el mundo, nos encontramos con artículos de toda índole; las hay de deportes,
culturales, sociales y las que tristemente abundan y producen dinero a quienes
las emiten ya sea por radio, internet, televisión o de forma escrita, son las
de violencia y desastres.
Encontramos los avances científicos,
los descubrimientos y otorgamos a hombres el crédito de los mismos. Estamos tan
lejos de Dios que ya no lo reconocemos en nuestros caminos, nada más lejano de
la realidad y totalmente ingratos con aquel que ha creado todo.
En
esta reflexión queremos exaltar de
manera especial, que el conocimiento y las destrezas como lo muestran estos
versos los ha dado Dios “lo ha
llenado del Espíritu de Dios, en sabiduría, en inteligencia, en ciencia y en
todo arte, para proyectar diseños, para trabajar en oro, en plata y en
bronce, y en la talla de piedras de engaste, y en obra de madera, para trabajar
en toda labor ingeniosa“(Éxodo
35:31,33).
En este caso se está hablando de
Bezaleel, a quien designó para hacer los trabajos del tabernáculo. No fue a
cualquiera, apartó a este hombre y le dio el conocimiento a través de Su Espíritu.
Dice para proyectar, para trabajar y
en toda labor; no se circunscribe a un solo proyecto, sino que es quien a lo
largo de la historia ha dado el conocimiento al astrónomo, al médico o al
ingeniero “los ha llenado de
sabiduría de corazón, para que hagan toda obra de arte y de invención,… para
que hagan toda labor, e inventen todo diseño.” (v:35),
y no es para nada bueno que el hombre ande usurpando la Gloria que sólo Dios
merece.
Las destrezas las da el Señor y no se
queda ahí, le dio la instrucción de enseñar a los que le seguían para que le
ayudaran con el trabajo. A lo largo de la historia vemos como el conocimiento
se ha trasladado de generación en generación, hoy hay escuelas y universidades,
“…Y ha puesto en su corazón el que
pueda enseñar…” (v 34) y éste
conocimiento sigue creciendo cada día; pero por disposición suya y no nuestra.
Muchos creen tener derecho al mérito y
hasta han creado premios para diversas disciplinas, pero la realidad es otra y
que bueno sería que empezáramos por nosotros mismos; que clavamos una puntilla
y adjudicamos el crédito a nuestra destreza y no al que nos enseñó a usar el
martillo.
REFLEXIÓN: Siempre hemos robado la
Gloria a Dios!
REFLEXIÓN QUE CAMBIA!
- BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –
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