jueves, 25 de abril de 2019

DIVISIÓN


Cuando se habla de Dios en términos religiosos, sólo se toma en cuenta su calidad de  misericordioso y en general a ese  ser bueno que es sólo amor y que a nadie va a llamar a cuentas.
Pero cuando vemos versos como el de hoy, encontramos algo muy diferente Pensáis que he venido para dar paz en la tierra? Os digo: No, sino disensión. Porque de aquí en adelante, cinco en una familia estarán divididos, tres contra dos, y dos contra tres” (Lucas 12:51,52).
El mensaje de Jesús fue muy claro, basta ver versos como este en los que está llamando al orden así como lo hizo previamente su primo Juan. El de Juan, era un mensaje al arrepentimiento y una de sus frases favoritas era de que el reino de Dios se había acercado y se acercó tanto que vino el Hijo de Dios en persona.
Con Jesús no sólo el reino se había acercado, Dios mismo había venido a reconvenir y llamar al orden. A decir las verdades que los religiosos nunca son capaces de decir. La autoridad con la que habló Jesús en la tierra, no la ha tenido ni la tendrá nadie Y se admiraban de su doctrina, porque su palabra era con autoridad(Lucas 4:32).

Aunque tenía compasión por ese pueblo alejado de su Padre, nunca le tembló la mano para decir las verdades que llamaron y llaman al arrepentimiento hasta hoy. Nunca habló con paños de agua tibia, habló de salvación o de condenación.
Desafortunadamente al hombre le gusta hablar con rodeos y prefiere la popularidad al rechazo que genera la verdad; o cuál de los políticos que usted conoce pone como pieza clave de su campaña hablar de la realidad que oprime al pobre en términos reales, al contrario se dedica a ofrecer promesas utópicas.
El señor Jesús como lo dice en el verso de la reflexión, vino a dividir inclusive hogares. A separar hijos de padres y soy testigo de cómo mi señora fue repudiada por su madre cuando lo recibió. Hoy  los padres aceptan el pecado abierto de un hijo que se declara homosexual, por no alejarlo de la casa o por que dependen de este.
La verdad es que a ese pobre individuo le valdría más irse a pasar necesidades, que morir en pecado y por la eternidad. Conozco una madre con un hijo médico y drogadicto, que prefirió expulsarlo de su casa a verlo como se hundía en el pecado.
Con mucho dolor lo veía posteriormente de lejos, en la calle pidiendo limosna para droga con otros en igual condición y esto a  la puerta de un templo religioso donde no se les exhorta; pero con la esperanza puesta en Dios, para un día a través de Cristo sea rescatarlo de la muerte.
La misericordia en términos de hombres pierde al pecador, la disciplina en términos de Dios forma y salva. Que la tarea apreciado lector, sea la de fomentar la verdad de Dios en nuestro hogar, en nuestra familia, amigos, vecinos y el que se aleje de nosotros, será por que no es de Dios.
REFLEXIÓN: La verdad confronta y salva, la religiosidad palea y da muerte!
REFLEXIONAR SALVA!
- BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –
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