jueves, 14 de marzo de 2019

HASTA ELLOS


En los versos de hoy, encontramos que religiosos como  Caifas y otros, entendieron lo que estaba pasando con el Señor Jesús Esto no lo dijo por sí mismo, sino que como era el sumo sacerdote aquel año, profetizó que Jesús había de morir por la nación” (Juan 11:51). Éste recibió de parte de Dios la oportunidad de ver al Salvador y a pesar de la ceguera espiritual que parecía imperar en todos los que le rodearon, fue uno de los que reconocieron al Cristo.

Como ocurre en la actualidad, son apenas unos pocos los que inclinan sus oídos a la Palabra y los demás son llevados por la masa a veces imberbe que busca sólo al mundo. Ignorante no por la falta de conocimiento, sino a  veces en un exceso de humanismo que no les permite entender la sencilla palabra de Dios.

Un soldado fue también objeto del mensaje del Salvador y reconoció quién era el crucificado justo frente a la cruz del Calvario “Y el centurión que estaba frente a él, viendo que después de clamar había expirado así, dijo: Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios” (Marcos 15:39). Desde el religioso prestante y reconocido como Caifas, hasta el soldado de la tropa vieron en este hombre a alguien especial.

No podemos decir que sólo en ese tiempo estuvieron cerca de Jesús, hoy también lo tenemos, pero no queremos verlo. Si los hombres de ese entonces caminaron al lado de Él, lo escucharon y vieron sus milagros; hoy tenemos al Espíritu Santo haciendo los mismos, pero de otra forma.

Lo realmente importante en todo esto, es la capacidad de sustraer nuestro entendimiento y corazón del trajín diario y reconocer que hay algo y evidentemente “Alguien” que hace la diferencia para la humanidad.


En la antigüedad lo reconocieron hombres como Abraham, Gedeón o David; muchos años más tarde varones como Wesley o Newton; y más acá otros como Martin Luther King o Moody y hoy nosotros.

No esperemos más testigos sobre alguien que no los necesita; sólo basta la fe. Esa que Dios mismo nos presta si la queremos recibir al igual que la salvación; no pretendamos escondernos detrás de la excusa de que habrá más tiempo.

Eso es lo que no hay, tal vez a algunos les sean dados unos meses o años más; pero no sabemos para usted y para mí. A lo mejor sean días, horas o sólo minutos, y no se trata de imprimir miedo, pues ésta es apenas una parte del proceso en el plan de Dios; sólo queremos ser realistas.

Esta mañana lo comentaba con la gentil vendedora de un almacén; le decía que mi próximo cumpleaños es el domingo que viene. Hoy es jueves y la verdad no sé si llegue a ese día; lo maravilloso de esto es, que como para Pablo, “…para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia” (Filipenses 1:21)

Disponga su corazón y vea lo que por Gracia ya hemos visto muchos!

REFLEXIÓN: No hay peor siego que el que no quiere ver!

REFLEXIÓN QUE  CAMBIA!

- BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –

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