jueves, 21 de febrero de 2019

LADRONES


La humanidad siempre se ha debatido entre el bien y el mal, entre lo que agrada a Dios y lo que no. En la primera pareja se generó ese punto de quiebre, en el que todos quedamos a merced del mal, y desde sus primeros hijos, uno de ellos mostró su deseo de hacer las cosas por el lado correcto y el otro no; al fin y al cabo ya eran hijos de una naturaleza caída.

La sola posibilidad de aceptar la condición en la que vivimos, hace la diferencia entre la muerte y la vida. El hombre ha optado por ignorar esta verdad elemental y como el avestruz prefiere guardar la cabeza en un hoyo a enfrentarla.

Para la reflexión de hoy hemos tomado el pasaje bíblico, en el que dos hombres se enfrentan a una muerte “justa” por haber violado la ley, pero teniendo en medio de ellos al autor de la salvación …uno de los malhechores que estaban colgados le injuriaba, diciendo: Si tú eres el Cristo, sálvate a ti mismo y a nosotros… el otro, le reprendió, diciendo: Ni aun temes tú a Dios, estando en la misma condenación?  Nosotros, a la verdad, justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos; mas éste ningún mal hizo” No hace falta un ojo clínico para ver la similitud entre estos dos hombres y el de hoy. El uno muestra arrepentimiento y el otro no; tampoco hace falta ir muy lejos para ver el resultado de cualquier decisión Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino. Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso(Lucas 23:39-43).


La encontramos en el trabajo, en la calle, el estudio, los amigos y en nuestro círculo familiar. Vemos con alegría al que acepta su condición de pecador y con mucha tristeza al que no; pero todos habrán de enfrentar las opciones de los ladrones del relato un día.

Salvación o muerte eterna, frio o caliente; pero nada se queda en la mitad. El Señor ha determinado esto desde el comienzo y nada ni nadie lo va a cambiar; lo curioso del asunto, es que aquel hombre, a pesar de estar colgado al lado de Jesús, prefirió insistir en su pecado a acercarse a Él.

No se concibe hoy esto en personas racionales, estudiadas, modernas, de mente abierta e inteligentes; pero ésta es una decisión personal. El desarrollo del conocimiento en lugar de acercar al hombre a Dios lo ha alejado. En esto almorzaba con una persona de la que he recibido amistad sincera e incondicional; pero pensaba en las muchas veces que le he compartido de Jesús sin resultado alguno.

Una gran persona y lo quisiera salvo, pero su corazón no puede ver más que la triste oscuridad de una religión heredada. La tarea está y seguirá estando mientras el Señor me regale vida, en orar por él y por los muchos que cercanos o lejanos están perdidos.

REFLEXIÓN: Es tiempo de decidir si estamos a la izquierda o a la derecha de Cristo!

REFLEXIÓN QUE  CAMBIA!

- BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –

¡COMPARTA DE GRACIA, LO QUE DE GRACIA RECIBE!

Síganos en Twitter:  @ReflexionBi