Desde la invención de la televisión,
han pasado por los hogares de casi todo el mundo series de toda clase; unas que
de alguna manera edificaron mostrando realidades y otras que han deformado el
carácter de las personas que las vieron o las ven.
En los años setenta se vio una de origen
inglés de la cadena ITV que llamaba “Upstairs, Downstairs”, que en español
traduce “Los de arriba y los de Abajo”. En esta se muestra la gran diferencia
entre las clases sociales en la Inglaterra del siglo XIX.
Éste es apenas un ejemplo de lo que
todavía se sigue viviendo en términos de discriminación en el mundo entero, que
no debería ser y que pasa Dios no existe, pues para Él no hay acepción de
personas.
No obstante, el pasaje de hoy nos
muestra una diferencia marcada por el mismo Señor Jesús frente a los religiosos.
Estos aferrados a su ignorancia sobre la misma ley que defendían, nada tenían
que hacer con la Palabra que vive en el Cristo de arriba y los dejaba como los
de abajo.
En pocas palabras les mostró, que no
estaban hablando con uno de los suyos, sino con Dios mismo“Y les dijo: Vosotros sois de abajo, yo soy de arriba; vosotros sois
de este mundo, yo no soy de este mundo. Por eso os dije que moriréis en
vuestros pecados; porque si no creéis que yo soy, en vuestros pecados moriréis“(Juan
8:23,24).
Evidentemente no estaban al mismo
nivel y eran otros que como los de arriba en la serie referida, pordebajeaban a
los demás imponiéndoles cargas que ellos mismos no eran capaces de cumplir.
La carga de la ley es claramente definida
en la Biblia como algo imposible de cumplir: que nos pone debajo de toda opción
de salvación, y que la única fórmula para lograrla, es en el mejor sentido de
la palabra, pegarnos al de arriba: A Cristo!
El verso dice que si no creemos que
Cristo es el mismo “Yo soy” del Antiguo Testamento, estamos destituidos de
cualquier posibilidad de vida eterna a Su lado.
El llamado querido lector, es a creer
y sólo creer como lo hizo Abraham en su trato con el Padre. Ejemplo inspirador
este, el de un hombre que fue llamado el padre de la fe y por medio del cual la
recibimos “En
tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra, por
cuanto obedeciste a mi voz” (Génesis 22:18).
Estas palabras de los versos de hoy, son
tan actuales como usted y yo, que somos ejemplos de la bendición de la fe.
REFLEXIÓN: Pasarse con Cristo, es
pasarse a los de arriba”
REFLEXIÓN QUE CAMBIA!
- BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –
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