jueves, 20 de diciembre de 2018

SÓLO LA MITAD


Esta es una temporada en la que todo parece diferente, la sola palabra Navidad hace que no importando lo malo que haya sido el año, todo se ve con otros ojos. Tal vez las expectativas eran muy elevadas y sólo se lograron unos modestos resultados, tal vez se perdió a alguien de la familia; pero Navidad es otra cosa.
En unas partes del mundo se celebra con pompas y regalos, en otras ni se percibe; pero el sólo concepto marca la diferencia. Muchos basan este tiempo en los regalos, lo material es la prioridad, el Santa o Papá Noel y en ese orden de ideas todo este alboroto cesa la noche de navidad.
Otros dedican este tiempo para pensar en el personaje que sin ir tan lejos dividió la historia, pero cuál es el enfoque que se le debe dar a esto. Hoy queremos invitarlo a reflexionar sobre el asunto y lo haremos con una sola pregunta: Para usted quién es Jesús?
Es Jesús para usted ese Hijo de Dios que realmente dividió la historia del mundo, o no pasa de ser el niño Dios?. Desafortunadamente las religiones tradicionales se quedan con la mitad.
En el caso de los que creen en el Dios de la Biblia dentro de la tradición, podemos decir que para ellos la navidad y sin tener en cuenta todas las aristas históricas que rodean el nacimiento de Jesús en cuanto a fechas y demás, la tendencia es a quedarse sólo en el niño que nació.
Es por esto que la reflexión habla de no quedarse sólo con la primera mitad y desechar la más importante. En ésta parte sólo vemos al Hijo de Dios traído al mundo por un hecho sobrenatural y no se dimensiona suficientemente su venida.
La segunda parte de la historia es la más importante, es la del Hijo de Dios, que muere y resucita por la humanidad. Ésta es la cumple con el propósito de Dios Padre para todos nosotros; pero debemos aceptarla.
Ésta es la que hace la definitiva diferencia entre la vida y la muerte espiritual. No basta con creer en un Dios lejano y sólo acomodarnos a una navidad que para nada transforma, se trata de ir más allá, a aquella en la que por obra y gracia soberana Dios nos salva en Cristo.

No es sólo el nacimiento del niño Jesús, es el comienzo del proceso salvador de un Cristo inocente, de uno que murió por los pecadores, por usted y por mí y que no sólo se queda en los regalos y las vacaciones.
En dónde está usted querido lector, en el sólo nacimiento o en la muerte y resurrección; en el niño Dios o como dijo Pedro “…Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente” (Mateo 16:16).
REFLEXIÓN: Lo importante no es quedarse en el principio; sino llegar al final!
REFLEXIÓN QUE  CAMBIA!
- BASADA EN LA VERSIÓN REINA-VALERA 1.960 –
¡COMPARTA DE GRACIA, LO QUE DE GRACIA RECIBE!
Síganos en Twitter:  @ReflexionBi