Cuando uno lee la Biblia se siente
retado en el mejor sentido de la palabra, y cómo no sentirlo frente a la
descripción de tantos varones, ejemplos de fe, tesón, valor, compromiso, y
sacrificio para nosotros.
En el siguiente verso observamos uno de
estos, que sin ser Pablo, David o Noé entre los más reconocidos, se le describe
como a un creyente genuino “Luego
que el muro fue edificado, y colocadas las puertas, y fueron señalados porteros
y cantores y levitas, mandé a mi hermano Hanani, y a Hananías, jefe de la
fortaleza de Jerusalén (porque éste era varón de verdad y temeroso de Dios, más
que muchos); y les dije: No se abran las puertas de Jerusalén hasta que
caliente el sol;..“ (Nehemías 7:1-3).
Que se nos describa de esta forma cuando ya
no estemos debe ser maravilloso y no delante de hombres, pues vemos cómo se
exalta a hombres que no llegan a los tobillos de los que Dios muestra en la
Biblia.
Los valores entre la gente de hoy están tan
difusos, que se le da reconocimiento al menos indicado. Priman variables como
el dinero, la posición o entre comillas el prestigio; pero es normalmente al
corrupto, al mentiroso o al ladrón al que le hace objeto de estas distinciones.
Entre estos un reconocido político latinoamericano
y sin autoridad moral para hacerlo, se refería a lo absurdo de los conocidos
títulos “Honoris Causa”. Reconocimientos de los que suelen ser objeto
presidentes y líderes del mundo, y que en casi todos los casos resultan ser los
menos indicados.
Comentaba jocosamente, que en una famosa universidad
en Estados Unidos se le daban a cualquiera y que si esos eran los requisitos,
él no los quería. Si esto dice uno de estos líderes que ha desangrado a su
país, qué podemos esperar de los demás.
Es tal el alejamiento de los valores bíblicos,
que ya cualquier corrupto puede aspirar a los cargos más elevados de una nación
y tenemos ejemplos a montón. Sólo resta confiar como lo dice la Palabra, en que
esto simplemente es parte del plan de Dios, que Él mismo ha de guardar a Su
iglesia hasta el fin y orar, para que usted y yo nos acerquemos un poco a esos
genuinos hombres de Dios.
REFLEXIÓN: La lucha de hoy no debe ser por dinero
o poder, sino por integridad!
REFLEXIÓN QUE CAMBIA!
- BASADA EN LA VERSIÓN
REINA-VALERA 1.960 –
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